domingo, 27 de octubre de 2013

No hace mucho...

escribía dos entradas en el blog: 

Entender la distribución del MIR, y otra inmediatamente posterior:

Para los escépticos...

y esta otra, en la que una parte de la misma se refiere a lo mismo:
Hoy, hace un rato, he recibido de parte de un amigo que sabe de que pie cojeo, un correo con un link a un reportaje o artículo en un periódico de tirada nacional, en su sección de ciencia, que me ha recordado aquellas entradas, mejor dicho, lo que pretendía trasladar con aquellas entradas:


Pues bien, independientemente de lo que hagas tu individualmente durante tu preparación y durante el examen, que determinará tu resultado individual dentro de la distribución de resultados, mejor o peor dentro de la misma, el resultado global de todos, se comportará tal y como se expresa en el reportaje o artículo del periódico, y será muy parecido a estos:


"Casi todo en la naturaleza de la que forman parte nuestras vidas tiene múltiples causas, casi todo esta sometido a múltiples interacciones con otras entidades naturales o artificiales. Solamente las máquinas que hacemos los seres humanos tienen restringidas las interacciones a unas pocas, o a una sola de ellas.
Solo los relojes (o las máquinas similares a ellos) son casi totalmente deterministas. En la máquina que vemos en el vídeo las bolas de corcho, chocan de manera distinta cada una de ellas con la primera barrita perpendicular y caen, cada una con ángulos distintos. El tiempo de caída es limitado, de manera que el número de choques con las barritas lo es también. El mayor número de bolas cae debajo del tubo de donde salen, pero algunas, muy pocas se alejan hasta los extremos.
La curva que dibujan las bolas tiene forma de campana, la ''campana de Gauss''. En la naturaleza, algunas de las múltiples interacciones que sufre cada entidad a veces se suman todas ellas en la misma dirección y sentido. Se producen entonces los extremos: personas gigantes, enormes huracanes, encuentros entre mellizos separados al nacer, etcétera.
Sin embargo, lo que ocurre la mayoría de las veces es que todas las interacciones actúen unas en direcciones y sentidos distintos entre sí: En este caso las personas tienen la altura y el peso de la gran mayoría de las demás, las tormentas son las de todos los años y los mellizos separados no se encuentran mientras viven. La naturaleza necesita los extremos, cómo los necesita una parte de ella, la sociedad humana.
Solo con los extremos se puede cambiar, saltar de unas cuencas de atracción a otras, cuando las primeras ya han dado todo lo que pueden dar de sí. Solo con los extremos pasamos de bacterias a plantas a animales a seres humanos. ¡Menos mal que hay extremos!"
Adenda del editor del blog:

En el MIR pasa lo que pasa por la propia naturaleza del examen, que es normalizador o discriminatorio en extremo, es decir, consigue una distribución cuasinormal en sí mismo. El examen requiere mucha velocidad de lectura, de comprensión, y de ojo clínico para responder muchas preguntas bien en un tiempo limitado. Si quieres sumar hay que responder muchas preguntas, y hay que hacerlo bien porque las erróneas penalizan. También por la propia naturaleza de los que se presentan al mismo, que a pesar de ser ya médicos, son humanos, es decir, tienen comportamientos con múltiples interacciones, no se han entrenado igual, y además no son máquinas dicotómicas para ejecutar una sola interacción, si-no.


La mochila que llevas a la preparación, tu historia llena de datos y matices, más lo que cargas durante la preparación en la misma, tan distintos unos de otros, aunque la preparación tienda a la uniformidad normalizada por los preparadores, tu esfuerzo y tus circunstancias durante la preparación y el día del examen, todo ese cóctel de cada uno (datos y circunstancias), y revuelto, porque se clasifica por comparación con los datos y circunstancias de cada uno y de los demás, todo eso revuelto digo, no es otra cosa que la distribución final de todos los resultados, los puntos totales de cada uno obtenidos sumando los finales del baremo y los finales del examen.


Por si eso fuera poco, es decir una distribución cuasi-normal de los resultados, se termina de normalizar de forma radical adjudicando a cada uno un nº de orden, del 1 al último, es decir de uno en uno, no como la distribución de las notas, que son diferentes y tienen entre sí pendientes distintas entre una y otra especialmente en los extremos, sino todos con una pendiente igual, de uno en uno. Los puntos totales distan pocas diezmilésimas, los nº de orden siempre lo mismo, la unidad, de uno en uno, no puedes partir a la persona en diezmilésimas, es la persona quien elige.  


Así pues en el MIR, por si fuera poca la tendencia cuasi-normalizadora de la naturaleza humana, lo es también la propia naturaleza cuasi-normalizadora del examen, y para rematar la faena, por si fuera poco todavía, se termina de normalizar radicalmente, sin la palabra cuasi delante. ¿Cómo?, convertimos las notas ordenadas previamente, en nº de orden, de uno en uno, y entonces conseguimos una campana de Gauss perfecta, no de las notas que casi lo es, sino la de los nº de orden que es simétrica, una fila ordenada de uno en uno para elegir plaza de forma prevalente empezando por el nº 1.


Esta es la verdadera naturaleza del MIR, ni más ni menos, sin garantías para nadie, ni por la mochila que llevaste en su día que se olvida en parte, ni por la que llevabas justo al empezar la preparación, ni siquiera por la que adquieres durante la misma, porque también el azar interviene al final, un azar medio con amplia variabilidad. Para intentar superar al azar, tu objetivo de referencia debe de posicionarse al menos en un 10% por encima del que aspiras o piensas. 


El MIR te mide, y te ordena, por el contenido del examen que contestas en un momento determinado de tu vida, el día y hora del examen, con todas las ventajas y los inconvenientes que eso pueda tener, y lo hace para un solo fin, ordenarte respecto de otros para elegir plaza. 


Resumen: La distribución de nº de orden uno por uno, aunque parezca una perogrullada, es normal, radicalmente normal, es decir, gaussiana, simétrica. Llevado al extremo, si todos los resultados del examen y del baremo fueran iguales en nota, la distribución de nº de orden se tendría que hacer por sorteo, porque para elegir siempre ha de haber un nº 1 y después, uno a uno hasta el último. Es una distribución normalizada-simétrica por necesidad de ordenar para poder elegir plaza de especialización de forma prevalente, por orden, del nº 1 al último. 


Pero el misterio del examen MIR es, que en sí mismo, tiene potencia y velocidad como para cuasi-normalizar los resultados de todos los presentados, independientemente de que quienes lo hagan sean ya médicos graduados, desde notas negativas a notas muy altas, sin haber llegado nunca al máximo teórico. Eso difícilmente ocurre en una clase del colegio, del instituto, y de la universidad, salvo que el examen sea tipo test de respuestas múltiples con penalización, y que tenga, por los diferentes grados de dificultad de las preguntas, y por la capacidad de discriminación de las respuestas erróneas respecto de la verdadera, resultados cuasi-normales en su distribución. 


Esa es la causa por la que me he dedicado a mirarlo, no desde la medicina, que simplemente es su contenido, si no desde otra perspectiva, desde sus resultados, buscando los recovecos de la distribución de los mismos, y ahí he encontrado lo que buscaba. Me falta atacarlo desde sus preguntas, desde los resultados de cada una de ellas individualmente, con la intención de hacer varias radiografias a cada una de ellas, y que canten por sí mismas, radiografías que la definan paramétricamente en sí misma, sin varianza posible.


Elaborar y redactar preguntas de respuesta múltiple con penalización es un arte, al que se dedican muy pocos, son los que están en el sancta sanctorum del meollo de cada casa que se dedica a eso, y son los que determinan el gradiente de calidad de las mismas, del examen, y de los simulacros. De esa calidad, de su grado de dificultad y de su poder de discriminación, de su varianza en suma, dependen muchas personas, y las personas no son cosas, de ahí su importancia, la importancia del examen MIR, sin olvidar el resto de exámenes 'IR, que juntos constituyen el conjunto de pruebas selectivas para la formación sanitaria especializada en España cada año. Más de 30.000 profesionales lo intentan cada año, y los seleccionados atenderán después a millones de personas que serán sus pacientes.

1 comentario:

  1. Da gusto leer las cosas tan bien analizadas y bien contadas.

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