jueves, 7 de junio de 2018

Era un pueblo con mar...

... o la historia del ponderador contada desde su orilla, MIRando las olas.

Adenda de la entrada editada el 07/06/2018.- La tabla del ponderador viene del contenido del texto de la entrada anterior y de su penúltima diapositiva.

Si nos vamos a una de las entradas de hace unos días veremos que en la celda correspondiente a los recién egresados previstos que se presentarán en la próxima convocatoria dice 6.476. Así pues en el punto 1.1.- figuran 6.476 estimados del grupo GT. Para el punto 1.2.- he estimado una tendencia de 1.500 de la promoción anterior (repetidores, recirculantes y otros). Para el punto 1.3.- he estimado 1.600 de promociones anteriores (repetidores, recirculantes, especialistas y otros). Para el punto 1.4.- he estimado una tendencia de 500 presentados.

Bien... ¿qué sentido tiene esto? 

Llevarnos a una mediana de respuestas netas deseable, según mi criterio, para tratar de contener las "hombreras" en la distribución de resultados que se ven en la gráfica de la segunda tabla.

Es decir... tratar de conseguir un ejercicio de examen más difícil para la primera parte de la distribución de la próxima convocatoria. Un intento de conseguir una mediana de 10,00 respuestas netas menos que el año precedente.

¿Usted nos quiere mal?... nada de eso. 

Cuanto más difícil sea el examen para los que más conocimiento demuestren en el mismo mejores nº de orden habrá hasta la mediana de respuestas netas. ¿Por qué?

Porque la "hombreras" en la distribución tenderán a ser menos altas y a recular hacia la izquierda e integrarse "dentro" del arco de la distribución de resultados que conviene que tienda a ser un arco carpanel en el que la forma de la distribución de respuestas netas se acercaría a la distribución de nº de orden. Según puede verse en la última gráfica de esta entrada.

Se trataría de reducir la mediana y llevarla hacia el centro del arco carpanel, a su simetría. Dos mitades iguales con percentiles simétricos donde la discriminación, separación, de las respuestas netas del ejercicio de examen fuera equivalente a la separación de los nº de orden, que son normales por naturaleza ya que su separación corresponde a la unidad.

Esa sería la intención perseguida con el ponderador que ya razoné el año pasado.

Otear el horizonte de la cantidad de presentados por subconjunto y, atendiendo a su supuesto conocimiento teniendo en cuenta el demostrado en anteriores convocatorias y sobre todo en la última, diseñar la dificultad de las preguntas del ejercicio de examen atendiendo a ese conocimiento. ¿Para qué?... para tratar de adaptarse al mismo y conseguir disminuir, y como mínimo sujetar, las "hombreras" de la distribución que son las causantes del tsunami de la distribución de nº de orden.

Las plazas se eligen, cada año, con los nº de orden de ese año. Los nº de orden de un año determinado salen de la ordenación de las respuestas netas de ese año y no de las referencias de netas de años anteriores. 

Durante la preparación y durante el examen solo compites contigo mismo y tu referencia es tu progreso. Solo una vez terminado el examen comienza la competición entre la distribución de resultados, y según sea el número de presentados y tu ordenación en el mismo será tu nº de orden.

El resultado de la mediana de respuestas netas coincidirá con la mitad de presentados (Nn) obviando el baremo académico para simplificar el razonamiento. Es decir, si en el ponderador incluyo una mediana de respuestas netas de 108,00 frente a una de 117,67 del año anterior e incluyo los presentados aproximados por subconjuntos, tanteo la mediana de respuestas de los presentados por el punto 1.- y por el punto 2.- tendré la mediana ponderada de respuestas netas y podré ver cuanto se diferencia de la mediana objetivo. 

Con ello obtendré una idea sobre la dificultad que tendré que aplicar a la primera parte de la distribución, la de mejores resultados en la distribución. Esa es la que hay que sujetar. 

A partir de ahí solo quedaría calibrar la dificultad de cada pregunta y obtener una escala de preguntas calibradas con la que conseguirlo (n1 muy fáciles, n2 fáciles, n3 óptimas, n4 difíciles, n5 muy difíciles). 

Para dicriminar, separar a la diezmilésima en el resultado final, consiguiendo ordenar o normalizar a 13.500-13.600 presentados (Nn) se hace necesaria una escala de dificultad de las preguntas del ejercicio de examen que permita conseguir una distribución en la que todos los presentados, que ya fueron acreditados como médicos por sus universidades, se puedan separar para conseguir ordenarlos de forma prevalente para elegir plaza dentro de una aceptación razonable de paz social.

¿Por qué se hace así?... porque la prueba, por mandato de la LOPS, es una prueba selectiva de libre concurrencia.

Es decir, no solo se pueden presentar a la misma los de la promoción de recién egresados del curso de esa convocatoria, sino también los de promociones anteriores, sean repetidores o no, recirculantes y ya especialistas. 

Además, para hacerlo más difícil de cuadrar, no solo la prueba es selectiva sino que la propia demanda es selectiva. Es decir, no solo se elige plaza si puede sino si quiere. 

La demanda exterior, sea la que sea, hoy está modulada por el % del cupo para los que están afectados por él y para los no afectados están sujetos, empírica y efectivamente, por la nota de corte con lo que las plazas adjudicadas por la misma ya están por debajo del imaginario popular del 10 %. ¿Cómo se ha conseguido eso?

No solo por esas dos modulaciones expresadas en el párrafo anterior sino sobre todo por el aumento de la presión selectiva que ha supuesto el aumento no solo de los recién egresados de universidades españolas presentados sino sobre todo el aumento de los mismos con baremo académico de notable que son curiosamente los que más contribuyen a que se den las "hombreras" en la distribución de resultados. 

¿Qué pasaría si solo se presentaran al MIR los recién egresados de universidades españolas y la oferta de plazas se igualara a su número?

Mientras la prueba no obligara a elegir plaza a todos los presentados el resultado sería que se quedarían plazas desiertas sin elegir. Una consecuencia colateral de estar obligado a elegir es que ya no se podría repetir, recircular y reespecializarse. Por eso nadie se ha atrevido a poner en marcha esa medida, aparte de que tendría que modificar la LOPS y otras leyes.

Cuando la demanda interior era la que fue en la primera mitad del decenio anterior ya sabemos lo que pasó. La demanda exterior, sin restricciones de ningún tipo durante tres años, se llegó a adjudicar hasta el 34 % del total de las plazas y hasta el 45 % de las plazas de Familia. ¿Por qué pasó eso?... porque quedaron plazas desiertas durante unos cuantos años. ¿Cuál fue la respuesta?

Las modulaciones de la demanda. ¿Cómo?... liberando parcialmente el numerus clausus en el curso 2006/2007 y regulando, en la DTQ del Real Decreto 183/2008 de formación, la posibilidad de establecer, en cada convocatoria según fueran las circunstancias, una nota de corte y un cupo máximo del 10 % de las plazas para médicos extracomunitarios. Mientras salían los primeros egresados de la liberación parcial del numerus clausus, la falta de demanda interior se suplió con la demanda exterior.

A partir de la convocatoria 2012/2013 se comenzó a aplicar lo previsto en 2008, primero la nota de corte fue del 30 % de la MDME y el cupo del 8 % de las plazas. A partir de la convocatoria siguiente hasta la última se estabilizaron en el 35 % y el 4 % respectivamente.

Las tres modulaciones, numerus clausus, nota de corte y % de cupo han llevado a que la demanda interior se adjudique por encima del 90 % de las plazas, cuando en la convocatoria de 2009 había sido del 66 %. Las plazas de Familia pasaron de ser elegidas por el 55 % de la demanda interior al 95 % en la convocatoria pasada. Esos han sido los resultados de las modulaciones. ¿Ha sido eso malo para el SNS?

PD.- Por contar lo que entendía que había pasado, y lo que estaba pasando como hago ahora, se me identificó como su defensor. El resultado ha sido, y sigue siendo, el silencio de los predicadores. Además alguien, supongo que desesperado de ver esos efectos por estar afectado, en un comentario me llamó traidor. 

Para qué nos vamos a engañar, me sentó fatal, pero no pasa nada, antes de eso otro tipo, famoso en el mundillo MIR, me llamó mentiroso, hipócrita y cínico, después de rondar con elogios en comentarios que constan en el historial del blog. Esos son algunos de los "amigos" que he hecho durante estos años. 

Consecuencia de eso, y también de lo contrario de forma infinitamente más numerosa, he guardado y guardo una distancia terapéutica. Tan apenas mantengo contacto con nadie sobre mi trabajo en el blog más allá de contestar a algunos de los comentarios y correos que recibo.

Si quieres hacer algo no puedes estar mirando a los lados tratando de contentar a todo el mundo. Así que digo aquí lo que creo que debo decir, procurando no faltar al respeto debido y justificar lo que digo con datos. Si me equivoco reculo y si creo que procede pido disculpas. 

Desde hace doce años me examino diariamente ante quienes me visitan. El día que sienta que no tengo nada que decir o que me suspenden, plegaré velas. 

Mientras tanto estaré aquí salvo que la falta de salud me doble. Falta de salud que se ha debido más a no haberme sabido cuidar durante estos años que a otra cosa. Vamos a ver hasta donde llegamos.


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