La primera criba importante se produce por no superar la nota de corte, la mayoría de los pertenecientes a ese grupo no han podido o no han sabido preparar el examen de forma adecuada para superarla.
El año pasado la nota de corte se fijó en el 30% de la MDM exámenes y para el próximo se ha anunciado en el 35% que coincide aproximadamente con el P27 de la distribución, y que el propio Ministerio denomina como grupo débil en la métrica de los resultados. Aquí podemos ver en tablas reelaboradas el mismo trabajo pero con información añadida.
La segunda causa por la que no se termina eligiendo plaza, a pesar de obtener nº de orden, es por no superar el corte del cupo, que no se refleja en un número de netas concretas sino en un nº de orden que depende del número de afectados que se presenten a la prueba y de su distribución en la misma. Por eso su corte lo determina el nº de orden que obtenga el último afectado de la distribución que elija plaza con cargo al cupo.
El MIR 2012/2013 se distingue de los dos anteriores por que en el mismo se fijó una nota de corte más exigente que la anterior (30% MDM exámenes frente a nota positiva simplemente), y además se pasó de un cupo del 10% a un cupo del 8%, esas dos modulaciones produjeron un cambio sustancial en la distribución de los que obtuvieron nº de orden, y por tanto en los que terminaron asignándose alguna de las plazas según puede verse en la tabla. En esta entrada se cuantifican las consecuencias de las nuevas modulaciones en el próximo MIR.
Existe un fenómeno que denomino demanda selectiva que no es otra cosa que la cuantificación de las incomparecencias a elegir plaza de aquellos que pudiendo hacerlo, no se presentan por la causa que sea, generalmente porque no les interesan las plazas disponibles cuando les toca elegir, sea por especialidad o por ubicación geográfica. Ese fenómeno es importante desde el inicio del pasado decenio, y supuso un cambio de paradigma en el MIR respecto de épocas anteriores y especialmente desde la creación de la prueba selectiva.
En el pasado decenio comenzaron a disminuir los presentados a la prueba, especialmente españoles, y la demanda como consecuencia de ello se hizo aún más selectiva, dando lugar a tres fenómenos nuevos, unos consecuencia de otros, aumentó la oferta de plazas, disminuyó la demanda española, y comenzaron a quedar plazas desiertas.
Eso dio paso automáticamente al aumento de la demanda extranjera, facilitada por un proceso de homologación ad libitum, el cupo nunca se había agotado desde su creación hasta bien pasada la segunda mitad del decenio. Durante ese época fue posible elegir plaza con nota negativa en el examen y fue la campanada para introducir legalmente la posibilidad de modulaciones en cada convocatoria aprovechando el RD 183/2008 en su DTQ y que culminaron con la Orden SAS/2158/2010.
El fenómeno señalado de cambio de paradigma, que denomino demanda selectiva o incomparecencias voluntarias a elegir plaza, siempre existió, pero en su día las incomparecencias eran mayoritariamente forzosas, la demanda era muy superior a la oferta, no se hacía necesario establecer una nota de corte aunque hubiera malas notas en el examen, porque la distribución cortaba de su natural. Si no sacabas nº de orden suficiente no podías elegir porque apenas había incomparecencias voluntarias a elegir plaza. Uno iba a por la especialidad que podía donde podía.
Como consecuencia de la disminución de la demanda, desde inicios del pasado decenio, se dieron las incomparecencias voluntarias, es decir la denominada demanda selectiva, y ese fenómeno todavía está vigente a pesar de la crisis y de la disminución de la oferta de plazas.
Las modulaciones han resultado una necesidad para que la prueba, sin dejar de ser una prueba de libre concurrencia, pudiera mantener cierta tensión selectiva. De ahí la necesidad de establecer la nota de corte para todos, necesaria para obtener nº de orden con cierta nota, y por tanto poder optar a elegir plaza, seguido de modular el % del cupo, y crear la posibilidad de un segundo llamamiento para facilitar la asignación de plazas, todo con mejores nº de orden.
Hoy las incomparecencias forzosas las establecen la nota de corte, el % del cupo, y el segundo llamamiento. A pesar de eso todavía existe el fenómeno de las incomparecencias voluntarias o también llamado demanda selectiva. La demanda, como se puede ver en esta entrada, ha dejado de ser la que fue en los decenios 70-80 hasta 1995, año en que se comenzó a satisfacer el continuo teórico grado-postgrado.
Esa y no otra es la causa de las modulaciones, que no tienen otra función que intentar encontrar un equilibrio entre una producción nacional de médicos limitada por el numerus calusus y un sistema selectivo para el acceso a la formación especializada, dentro de una prueba de libre concurrencia. Un asunto difícil ese de igualar oferta y demanda, sin que sobre una u otra, y a la vez haya tensión selectiva. Un asunto que no deja de ser una paradoja.
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