... durante el primer llamamiento (513 plazas), y en el segundo (41), en el MIR 2022/2023, en total 554 plazas, y más que podían haber sido pero no fueron, solo en el primer cupo más de 370 (374) no comparecieron y el cupo llegó hasta el nº de orden 10304 en el que se agotó.
Este año todo ocurrió en el último turno, el agotamiento del cupo, la suspensión del turno ordinario para dar paso a la reserva efectiva del turno de discapacidad, y posterior reanudación quedando 202 plazas de la oferta de 8.550 sin cubrir.
En el MIR todas las plazas, absolutamente todas, se convocan para todos los aspirantes, y se eligen todas por nº de orden prevalente, excepto las que se eligen en la reserva efectiva del turno de discapacidad, este año han sido 6 plazas durante la suspensión del turno ordinario.
Solo existe una oferta de plazas, única para todos,, solo existe un examen, único para todos, con una nota de corte para poder ser llamado a elegir, este año 37,67 netas, hasta aquí la libre concurrencia, es durante los AAPP en los que existen tres modulaciones, los que ya son especialistas no pueden elegir su especialidad, los que están afectados por el cupo solo pueden elegir un número de plazas más allá de la que se agote el cupo, y por último la reserva efectiva del turno de discapacidad (RETD) que de los 84 de ellos que superaron la nota de corte, solo 6 han hecho uso de ella, el resto de los del TD que han elegido plaza (56) la podían haber elegido por el turno ordinario, hubiera sido la misma. Hasta completar los 84 no han comparecido a elegir. Existe otra modulación para ellos, no pueden repetir por dicho turno si eligieron plaza en otra convocatoria con cargo a la reserva de plazas de dicho turno.
Explico todo esto porque no hay una oferta separada de plazas solo para los del cupo, o una oferta separada de plazas solo para los del turno de discapacidad.
Esto, que para algunos puede que sea la grandeza de MIR, que sea para todos igual, se debe a que se le trata como prueba pública, y curiosamente con ese tratamiento hace imposible lo que algunos aspiran, casar numerus clausus con necesidades de especialistas del SNS, solo tienen que pensar y repasar la distribución de las plazas elegidas por especialidad, y verán que el sistema asigna % desiguales, según procedencia, que nada tienen que ver con la planificación de las necesidades.
Este sistema, la libre concurrencia, tuvo su origen causal, plenamente justificado, en su origen para ofrecer la posibilidad de especializarse también a los aspirantes de promociones diferentes de las de cada año, durante años desde su origen, hoy ¿qué sentido tiene la libre concurrencia hoy si lo que se quiere es conseguir el denominado continuo formativo procedente en los aspirantes del sistema universitario español?
No existe el continuo formativo, es una quimera si se aplican las normas que rigen la prueba, y la prueba, valga la redundancia, asigna diferente % en cada especialidad a la libre concurrencia de hoy en la que solo alrededor del 50 % son recién egresados de universidades españolas, el resto en un cuarto más son especialistas y recirculantes y el otro cuarto demanda extranjera, más a más, ese % se asigna en función de las circunstancias e intereses de los aspirantes que son los que capitalizan la formación en mayor medida y no sus países de procedencia, es decir, la prueba no atiende, ni puede atender tal como está regulada, a los intereses del SNS para la que fue creada, permite repetir todo lo que se quiera, permite recircular todo lo que se quiera, permite concurrir libremente a los que después de elegir no se presentan a tomar posesión, etc.
¿Por qué se le ven hoy las costuras y no antes del 95 a la nota de corte, porque la nota de corte entonces era la relación demanda/oferta, por eso se llamaba aprobar al que conseguía elegir, y la referencia clave, que todavía colea, era el último nº de orden de cada especialidad.
La libre concurrencia, no nació para la demanda exterior, nació para que la demanda interior que no había tenido ocasión de especializarse, porque no se había creado el MIR, pudiera concurrir libremente junto a los egresados de cada promoción en igualdad de oportunidades, y lo fue en esa condición desde 1978 hasta 1995 en que se traspuso la directiva europea que obligaba a que todos los médicos que trabajaran en el SNS fuesen especialistas, incluidos los generalistas, la consecuencia fueron seis años, desde 1995 a 2000 ambos inclusive, en la que convivieron dos pruebas distintas cada año, una específica para los pre95 que quisieran hacer solo Familia, y otra general en la que también se ofertaba Familia que no pretendía repescar a nadie, además hubo OPEs para tratar de conseguir los mismo hasta 2014 que fue la última. A partir de 2001 solo hubo una prueba anual con una sola oferta en la que por supuesto se ofertaba Familia, es precisamente la relación Familia/Resto en la oferta, la que determina técnicamente que queden vacantes o no plazas de Familia según sea el tamaño de la demanda, además de todas las causas que quieran incluir.
Si se hubieran ofertado, pongo caso exagerado, 5000 plazas del Resto de especialidades y 2445 Familias, veríamos cuantas hubieran quedado sin cubrir. Este año el aumento de la oferta era de Resto (243), y de Familia (119), y encima con una demanda menor en todos los subconjuntos excepto SIT 3. Vamos, que en diciembre, cuando salieron los admitidos definitivos, ya estaba cantado.
Voy a preparar un par de tablones con las plazas elegidas por los no afectados por el cupo, y cuando termine esta otra entrada con las 46 especialidades se podrá ver el % en cada especialidad, además de otras referencias.
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