... con las referencias de todos los que eligieron la especialidad, en el encabezado y en el cuadrante de la gráfica, en el encabezado, la oferta y consumo, moda, mediana y media de baremo y netas, rango, mediana y media de nº de orden, % de procedencia por nacionalidad, y por último % de feminización. En el cuadrante de la gráfica una nube en la que cada punto representa un elector con dos datos, su baremo académico en el eje de las X, y sus respuestas netas en el ejercicio de examen en el eje de las Y.
Nota.- Obsérvese que la función de regresión, línea de puntos rojos, llega, o no, hasta el eje Y según haya entre los electores baremos mínimos, de valor 5, que son el daño colateral que ha dejado de forma permanente el cambio del sistema de baremar los méritos académicos, una columna vertical en el mismo eje de las Y.
Representa a aquellos que no pudiendo presentar el certificado de calificación de la carrera se les adjudica el mínimo, ya que presentan el título que es imprescindible lo que indica al menos que la superaron. Ese no poder es una consecuencia de la libre concurrencia en la prueba de aquellos que recibieron su calificación en letra, y de otros casos, tanto del sistema universitario español como extranjero.
Este año nada menos que 1193 presentados a la prueba se les ha adjudicado el baremo mínimo, que se quedaron en 791 si los contamos entre los que superaron la prueba. En años anteriores fueron más, bastantes más, el primer año más que los triplicaron, y han ido bajando en función de que ya se sabe lo que ocurre y de que entre los extranjeros les remiten al baremo reconocido en la homologación del título, pero hay promociones españolas, de las que todavía se presentan una parte, que no pueden presentarlo en número porque les calificaron en letra.
Lo más grave ha sido pensar que esa un sistema más justo, desconociendo que en la distribución de los expedientes académicos hay más empates que en el examen, y para más inri muchos tienen un solo decimal, en lugar de dos. El anterior sistema de baremación daba hasta cuatro, propiciando prácticamente la desaparición de los empates en la puntuación total de la prueba, po lo que prácticamente no había que optar tan apenas por la tercera norma de desempate, que es el sorteo alfabético.
Ha sido el triunfo de la sin razón y del desconocimiento. Una consecuencia, entre otras, de utilizar una nomenclatura inadecuada en el mundo MIR, propiciada por casi todos sus protagonistas. Confundieron comparando la que llamaban base 4 con la que llamaban base 10, y esa confusión trajo estas consecuencias. La LOPS habla de méritos académicos, no de expediente académico. Por eso el expediente, que era una parte de los méritos académicos, se baremaba necesariamente ya que la libre concurrencia de procedencias de sistemas universitarios requería un sistema común de conversión y a eso es a lo que se llamaba baremar los méritos académicos. Una batalla más, perdida en el camino de la ignorancia.
Un ejemplo de como el lenguaje formal termina modelando la realidad, en el mundo MIR se llamaba expediente académico, y ha terminado siéndolo. En definitiva el lenguaje formal se ha apoderado del fondo de la cuestión. No es solo en este caso, hay más ejemplos. Por ejemplo denominar al MIR con el año del examen y no de la convocatoria. El examen, su fecha, ni siquiera se determina en la convocatoria, se determina en una Resolución, la misma en la que se nombran las Comisiones Calificadoras. El único documento del procedimiento administrativo con rango de Orden la convocatoria, y cuando en la misma se incluía era en un Anejo como declaración de intenciones, a partir decía.
Lo curioso es que los que lo propiciaron no hayan dicho nada de la desaparición expresa de la baremación de la tesis doctoral, no ya en la convocatoria, sino en el RD de rango superior que la regula, y no solo eso, sino también regula el peso máximo del denominado expediente académico que lo deja en el 10 % de la puntuación total en la prueba.
El mundo MIR nunca entendió el fondo de la cuestión de la baremación de los méritos académicos. Ellos le llamaban el expediente, y nunca lo fue hasta ahora, el expediente era el número de partida para baremar, no el fin como lo es ahora. Con la bajada del peso del baremo académico en la prueba, ya no tenía sentido utilizar el que llaman expediente académico, ya que al tener más empates en su distribución, termina trasladándolos a la prueba propiciando más empates en puntos totales en la misma. Como en tantas cosas el discurso consigue lo contrario de lo que se proponía, y a los hechos me remito. Baremar los méritos académicos propiciaba técnicamente hacerlo con cuatro decimales, eliminando prácticamente los empates en puntos totales, y aún quedaban tres normas de desempate más.
Los baremos mínimos, esos sí son baremos y sin decimales, son el atractor de la función de regresión, la atraen, la llevan hasta el eje de las Y.
PD.- Gráficas construidas a petición, el texto es responsabilidad exclusiva mía.
Por cierto, a quien me las pidió en un comentario, no te olvides de esta otra, la misma información y más en una sola tabla, para gustos los colores, y nunca mejor dicho. Dedicadas las dos a los que propiciaron el cambio y desgraciadamente sus daños colaterales en aras de la justicia, y especialmente a los que se lo consintieron, el año que lo cambiaron y el año que lo consagraron en el nuevo RD que regula la prueba, que son los verdaderos responsables.
Por que la prueba no es solo para los recién egresados, que no son ni la mitad de todos los que se presentan. Lo dice la LOPS que es la ley que enmarca la prueba. Las normas que la reglamentan se atañen a ella.
¿Qué sentido tiene hoy la libre concurrencia en la prueba, que enmarca la LOPS, cuando ya ha desaparecido la causa que la originó?... que no era otra cuando nació, allá por el 78, que la que se pudieran presentar a la prueba las promociones anteriores y posteriores que no habían tenido opción a especializarse.
Si dividimos aproximadamente en cuatro partes a los que concurren libremente, dos cuartas partes son recién egresados del sistema universitario español, y de las otras dos, una de ellas afecta a la libre concurrencia de repetidores, recirculantes, y ya especialistas del sistema, y la otra cuarta parte afecta a la demanda exterior que además también rota por la prueba, no solo se presenta una vez.
¿Qué tiene que ver esa distribución, 4x25%, con el tiempo y las causas que originaron la libre concurrencia a la prueba, que incluyó la LOPS y que venía de atrás?
¿Qué tiene que ver con la planificación de necesidades que el % de elección por procedencia de nacionalidad sea libre, según se elija, sin tener en cuenta las necesidades? Esta es la razón, por ejemplo, de que hay incluido ese dato en estas gráficas.
Las gráficas no siguen un orden preciso...
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