domingo, 13 de julio de 2014

Más datos y más cosas...

ahora que estamos esperando noticias adelantadas de la oferta de plazas, el % de la nota de corte y el % del cupo...

El conjunto de todos los presentados al MIR 2013/2014 fueron 10.241 y de ellos 7.027 figuraban con nacionalidad española.

En el análisis presentado por el Ministerio figuran como egresados en universidades españolas 6.558 por lo que podemos deducir que 469 españoles presentados estudiaron en otros países, o más bien que la mayoría de ellos son latinos con doble nacionalidad, lo que supone el 6,67 % de los 7.027 españoles presentados, que es una cifra significativa a tener en cuenta.

A ellos habría que añadir los que figurando como comunitarios, fundamentalmente italianos, también son latinos con doble nacionalidad, que podemos cuantificar ya que de universidades comunitarias los presentados fueron 142 y presentados al examen figuraban 392 europeos por lo que 250 son la diferencia y lo probable es que fueran latinos con doble nacionalidad.

La suma de 469 y 250 nos da una cifra de 719 presentados al examen con doble nacionalidad que muy probablemente fueran latinos descendientes de españoles e italianos. Desconocemos cuantas plazas se adjudicaron porque figuran englobadas con las que se adjudicaron españoles y comunitarios en las estadísticas.

La prueba de lo que digo es que en el estudio presentado por el Ministerio figuran 142 presentados de universidades comunitarias y 3.541 presentados de universidades de países no comunitarios, frente a 3.214 extranjeros presentados que figuraban en los listados.

Todos los extranjeros que se asignaron plaza, figurando como extranjeros en los listados, fueron 1.091 de las 5.920 plazas adjudicadas, que supusieron el 18,43 % del total a los que habría que sumar los que se adjudicaron plaza con doble nacionalidad y que no podemos desagregar por figurar con nacionalidad española o italiana fundamentalmente.

De los 1.091 que sí figuran como extranjeros, 246+307=553 corresponden a los que se adjudicaron plaza con cargo a los límites del cupo, en el primer llamamiento y en el segundo llamamiento respectivamente.

Las 538 plazas restantes que figuran como adjudicadas a extranjeros no afectados por el cupo, hasta las 1.091 mencionadas, se las adjudicaron 200 que figuran como europeos pero que una parte son latinos con doble nacionalidad, 164 extracomunitarios que figuraban como cónyuges o hijos de comunitarios, 31 extracomunitarios que figuraban como residentes permanentes en España, y 143 extracomunitarios que figuraban como residentes temporales en España.

A pesar de todo lo expuesto quedaron 533 plazas sin cubrir en el primer llamamiento y 225 plazas desiertas en el segundo llamamiento, de las que 108 plazas fueron de Familia.

La modulación de la nota de corte ha servido, los dos últimos años, para controlar la cola de la distribución de resultados, a pesar de no cubrir la oferta ya que de lo contrario sería un coladero como ha sido años atrás, se llegaron a elegir plazas entregando el ejercicio en blanco e incluso con nota negativa, y es que la paradoja del MIR es que necesita más de dos demandantes por plaza ofertada para poderla cubrir en una prueba selectiva mediante ordenación de los candidatos.

Esa paradoja nos obligaría bien a producir el doble de médicos españoles que plazas ofertadas, bien a tirar de la demanda extranjera de la que una buena parte se terminaría quedando y no parecería de recibo habiendo cola de nacionales para entrar en Medicina con nota de 12 sobre 14.

A poco que se quiera investigar, no solo los que vinieron como inmigrantes sino incluso una parte de los que optaron siendo afectados por el cupo no han vuelto a sus países a pesar de que los tratados que les permiten presentarse al MIR son culturales o de formación y no de inmigración.

Todo eso ha obligado a buscar soluciones sin cambiar la ley 44/2003 como han sido las modulaciones, la nota de corte, el segundo llamamiento, y el % del cupo. Respuestas para controlar en parte la paradoja de una producción de médicos con numerus clausus y una prueba de acceso al postgrado de libre concurrencia, y que llevó a rozar el 50 % de demanda exterior.

Los paganos, en parte, de todas las gateras enumeradas para obviar el % del cupo han sido los afectados por el cupo. Se les recortó primero del 10 % al 8 % y posteriormente del 8 % al 4 %.

Por fin para controlar las gateras propiamente dichas que obviaban y obvian el % del cupo se subió la nota de corte, primero al 30% de la media de los diez mejores exámenes y después al 35 %, y los paganos han sido los españoles que por una u otra causa no la alcanzan, bien sean aproximadamente un 5 % de los recién egresados o bien recirculantes en sus distintas variantes.

A esto hemos llegado como consecuencia de haber metabolizado, desde finales de los noventa, no solo el exceso de producción de médicos sino a casi todos los que quedaban sin especialidad. Cuando había miles de médicos españoles sin especializar y menos oferta no era necesaria la nota de corte ni se manifestaba la paradoja del MIR. El corte era de su natural y la demanda selectiva no existía. Desde el decenio pasado la demanda española se redujo y aumentó la demanda selectiva, es decir, no se elegía cualquier especialidad ni cualquier lugar.

Las diferentes modulaciones implementadas no son otra cosa que parches para andar por casa, funcionan sin haber tenido que cambiar la ley 44/2003 excepto para poder equilibrar la oferta, que ya veremos como funciona, pero no arreglan la paradoja del MIR, que no es otra que tener y usar un grifo de entrada en el grado pensando que de esa forma se controla el mercado laboral, y una entrada en el postgrado real o MIR de libre concurrencia que se ajusta con la demanda extranjera facilitada por una homologación administrativa ad libitum.

Se quiera o no, más tarde o más temprano, habrá que hincarle el diente a la paradoja del MIR.

Así lo veo, según mi leal saber y entender, y siempre salvo mejor criterio.

Adenda.- 

Solo conozco una respuesta a la paradoja mencionada. Respuesta que recogí y repliqué aquí

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