... si entiendes esto llevas mucho ganado para entender el MIR...
Las plazas se eligen por nº de orden y no por respuestas netas
de examen y ese nº de orden no es igual en cada una de las convocatorias.
El nº de orden se balancea entre el nº de presentados al examen y el grado de
dificultad del mismo. Es decir, entre la magnitud de la demanda y el resultado del grado
de dificultad del examen, que no es otro que el grado de discriminación en cada grupo de
la distribución (por encima del P73 o grupo fuerte, entre el P73 y P27 o grupo medio,
e igual o por debajo del P27 que denominamos grupo débil, que es el que
aproximadamente en +/- se verá afectado por la nota de corte)
Esas dos variables caminan en la misma dirección pero no necesariamente en el mismo
sentido. Es decir, su efectos se pueden sumar o compensar. En eso justamente está la segunda paradoja. Cuanto menos demanda haya y más difícil sea el examen mejor nº de orden se
obtendrá en la prueba y al revés. Al ser dos variables de las que depende pueden sumar,
restar, y también compensarse, ese asunto se puede dejar al azar o se puede modelar.
Esa es la cuestión.
Así pues se pueden dar, y se dan, situaciones en que esa suma se puede contrarrestar, ese
sería el arte del examinador, jugar esa partida según sea la demanda, para que el nº de orden,
que es con lo que se eligen las plazas, no dependa en parte de la suerte de caer en un año
u otro según sea el nº total de sus demandantes y su grado de dificultad.
La prueba de lo que digo, aquí:
Lo que pasó en la tres parejas de convocatorias anteriores,
respecto de la variación de nº de orden y sus causas, cuantificado.
En la primera, efecto sumatorio de las dos variables a peor nº de orden,
en la segunda y tercera, efecto compensatorio parcial por causas inversas.
A mayor abundamiento, lo que pasó en las otras dos parejas de MIRes,
efecto sumatorio en ambas, en una hacia mejores nº de orden, y en la
anterior, de signo contrario a la primera, hacia peores nº de orden.
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