durante la mayor parte del tiempo que he dedicado a la aventura del MIR, mi reto no fue otro que intentar desarrollar un modelo matemático que sirviera de referencia, a partir de un baremo académico determinado, para relacionar nº de orden y netas necesarias para obtenerlo.
Un día se cruzó en mi camino un jardinero del jardín y junto a otros dos montaron, a mi propuesta, una convivencia de dos días donde hablamos por los codos... bueno, hablé por los codos y también escribí algo, la verdad es que lo pasé muy bien y tengo un grato recuerdo...
Pero sobre todo me contaminé... me contaminé intentando buscar un discurso más allá del 6=0, y con el paso del tiempo, de esas reflexiones nació el concepto de "satisfacción teórica del continuo grado-postgrado" que traté de calcular al igual que otros índices y ratios por plaza... que dieron lugar a otro concepto que he dado en llamar "la paradoja del MIR"...
Pero sobre todo me contaminé... me contaminé intentando buscar un discurso más allá del 6=0, y con el paso del tiempo, de esas reflexiones nació el concepto de "satisfacción teórica del continuo grado-postgrado" que traté de calcular al igual que otros índices y ratios por plaza... que dieron lugar a otro concepto que he dado en llamar "la paradoja del MIR"...
Mira por donde aquel encuentro tan grato, ha derivado, según mi apreciación, en desencuentro sin haber mediado debate personal por medio... pero uno ha de aceptar que las cosas son como son... a mi me quedó la contaminación y una interpretación diferente de los números, tanto más cuanto más avanzaba en su recopilación y análisis...
La "paradoja del MIR" no es otra que intentar "la satisfacción teórica del continuo grado-postgrado" fuera de la facultad, sin estar garantizado normativamente, y con el formato de una prueba selectiva que nació, y sigue siendo, de libre concurrencia y ordenadora, con una oferta de plazas rígida y una demanda selectiva, es decir, el interesado elige plaza si puede y quiere... y a una mala se queda la plaza desierta si hacen lo mismo quienes vienen detrás...
En su día se hizo así para encontrar un sistema que diera opción, no solo a los recién egresados sino también al resto de médicos que no se habían especializado por imposibilidad o voluntariamente, sin más criterio que un examen nacional y un resultado ordenado o normalizado. Pero era tal la demanda frente a la oferta que no quedaban desiertas ni las peladuras... con el numerus clausus impuesto al poco del inicio del MIR y con la metabolización del exceso de producción de médicos anterior se llegó a tener con el tiempo menos recién egresados que plazas ofertadas. Eso fue aproximadamente desde el año 1995 y especialmente desde el año 2000. En la actualidad la oferta de plazas MIR y los recién egresados no se han igualado todavía pero se van aproximando poco a poco...
Esta breve narración introduce al lector en la historia de como, terminada una aventura, he pasado a otra que intenta explicar y justificar mi posición sobre "la demografía MIR"...
De lo que a mi me ocupaba, desarrollar un modelo matemático de posicionamiento, de la demografía MIR solo me interesaba el valor de Nn, es decir, saber lo que el imaginario popular denomina "presentados al MIR". Para hacerse una idea, más o menos los que obtenían nº de orden.
Una vez contaminado del tema demográfico, y repasados los números que había ido recopilando desde 1978 y revisando todo lo que encontré publicado, he tratado de hacer una síntesis y lo que miro y veo es que en el Ministerio ha habido personas, desde hace unos cuantos años, que ya descubrieron esa paradoja y se devanaron y devanan los sesos para intentar aproximarse a una solución práctica, que no teórica, de "la paradoja del MIR"...
La "paradoja del MIR" no es otra cosa que la necesidad empírica de que para cubrirse la oferta de plazas MIR hacen falta más de dos demandantes por plaza. Así es por ser una prueba selectiva, y por tanto, o producimos el doble de médicos que necesitamos (1), o dejamos repetir, recircular y respecializarse sin trabas a los que quieran hasta que cada uno encuentre su sitio o no (2), o tiramos de la demanda exterior, que es lo que ha ocurrido en el decenio pasado y sigue ocurriendo (3), o dejamos que queden sin cubrir las plazas que no se elijan manteniendo las restricciones (4).
Ni la primera (1) ni la última (3) son de recibo como planteamiento de futuro, y la segunda no es de recibo para el Ministerio por las razones que sean (2), a la que ha puesto antes, y ahora más con el RD de troncalidad, todas las trabas que ha encontrado dentro de la legalidad aconsejada antes de su aprobación, que parece que traerá como consecuencia que se elijan menos plazas ante el temor de las consecuencias de las medidas correctoras, pero quien sabe si eso llevaría aparejado el aumento de la contratación de adjuntos que ya hubieran terminado la formación para cubrir las necesidades derivadas de quedar más plazas desiertas (4).
¿Han encontrado los que se devanaban y devanan los sesos una solución ideal (2)?
La "paradoja del MIR" no es otra que intentar "la satisfacción teórica del continuo grado-postgrado" fuera de la facultad, sin estar garantizado normativamente, y con el formato de una prueba selectiva que nació, y sigue siendo, de libre concurrencia y ordenadora, con una oferta de plazas rígida y una demanda selectiva, es decir, el interesado elige plaza si puede y quiere... y a una mala se queda la plaza desierta si hacen lo mismo quienes vienen detrás...
En su día se hizo así para encontrar un sistema que diera opción, no solo a los recién egresados sino también al resto de médicos que no se habían especializado por imposibilidad o voluntariamente, sin más criterio que un examen nacional y un resultado ordenado o normalizado. Pero era tal la demanda frente a la oferta que no quedaban desiertas ni las peladuras... con el numerus clausus impuesto al poco del inicio del MIR y con la metabolización del exceso de producción de médicos anterior se llegó a tener con el tiempo menos recién egresados que plazas ofertadas. Eso fue aproximadamente desde el año 1995 y especialmente desde el año 2000. En la actualidad la oferta de plazas MIR y los recién egresados no se han igualado todavía pero se van aproximando poco a poco...
Esta breve narración introduce al lector en la historia de como, terminada una aventura, he pasado a otra que intenta explicar y justificar mi posición sobre "la demografía MIR"...
De lo que a mi me ocupaba, desarrollar un modelo matemático de posicionamiento, de la demografía MIR solo me interesaba el valor de Nn, es decir, saber lo que el imaginario popular denomina "presentados al MIR". Para hacerse una idea, más o menos los que obtenían nº de orden.
Una vez contaminado del tema demográfico, y repasados los números que había ido recopilando desde 1978 y revisando todo lo que encontré publicado, he tratado de hacer una síntesis y lo que miro y veo es que en el Ministerio ha habido personas, desde hace unos cuantos años, que ya descubrieron esa paradoja y se devanaron y devanan los sesos para intentar aproximarse a una solución práctica, que no teórica, de "la paradoja del MIR"...
La "paradoja del MIR" no es otra cosa que la necesidad empírica de que para cubrirse la oferta de plazas MIR hacen falta más de dos demandantes por plaza. Así es por ser una prueba selectiva, y por tanto, o producimos el doble de médicos que necesitamos (1), o dejamos repetir, recircular y respecializarse sin trabas a los que quieran hasta que cada uno encuentre su sitio o no (2), o tiramos de la demanda exterior, que es lo que ha ocurrido en el decenio pasado y sigue ocurriendo (3), o dejamos que queden sin cubrir las plazas que no se elijan manteniendo las restricciones (4).
Ni la primera (1) ni la última (3) son de recibo como planteamiento de futuro, y la segunda no es de recibo para el Ministerio por las razones que sean (2), a la que ha puesto antes, y ahora más con el RD de troncalidad, todas las trabas que ha encontrado dentro de la legalidad aconsejada antes de su aprobación, que parece que traerá como consecuencia que se elijan menos plazas ante el temor de las consecuencias de las medidas correctoras, pero quien sabe si eso llevaría aparejado el aumento de la contratación de adjuntos que ya hubieran terminado la formación para cubrir las necesidades derivadas de quedar más plazas desiertas (4).
¿Han encontrado los que se devanaban y devanan los sesos una solución ideal (2)?
Me parece que no (2). Pero entiendo que les parece una solución práctica para intentar conseguir su objetivo. Sin dejar el camino trazado con anterioridad por la LOPS, van haciendo las rectificaciones de rumbo que se les ocurren y pueden, regulaciones y modulaciones, para aproximarse a algo que es un deseo derivado de una necesidad desde 1995, la continuidad del grado-postgrado MIR para los recién egresados de las facultades españolas, porque de lo contrario no podrían ejercer la profesión, mayoritariamente en el SNS.
Además de las modulaciones (nota de corte, % del cupo, segundo llamamiento, no poder repetir especialidad y otras), aprovechando que tenían que regular la troncalidad por mandato de la LOPS, se las han arreglado para regular aún más la recirculación y la reespecialización, y sin prohibir la misma desde el MIR ordinario, han creado una prueba específica para la reespecialización troncal fuera del MIR y con límite de plazas y una serie de medidas correctoras en el MIR ordinario para ambas (2).
Sin dejar de ser una prueba de libre concurrencia, en el MIR ordinario han procurado acotar más a su pretendientes en la fase de adjudicación de plazas, para intentar la máxima satisfacción práctica del continuo grado-postgrado.
Las medidas correctoras a la recirculación y a la reespecialización suponen que aquellos que elijan plaza, en el MIR ordinario, se lo piensen más de dos veces antes de no personarse a tomar posesión, o abandonarla posteriormente para repetir el MIR, porque si lo hacen se les pone el contador a cero a partir de este año y comienza el plazo de agotamiento para poder volver a presentarse en un tiempo determinado (2).
Para el procedimiento troncal, específico o extraordinario, las limitaciones vienen por el acotamiento del número de plazas disponibles para el mismo, si perteneces al mismo tronco. Si no perteneces al mismo tronco solo podrás reespecializarte vía MIR ordinaria con las medidas correctoras de rigor.
Dentro del berenjenal organizativo que supone la troncalidad, el mayor en toda la historia del MIR desde su creación, y teniendo la ventaja de no tener opinión médica, a pesar de estar contaminado, lo miro y lo veo así... ¿estoy equivocado?
Mucha preocupación veo en los dirigentes por "solucionar" el contínuo grado-postgrado que tanto les preocupa. Ahora tocaría atender al discontínuo postgrado-laboral. Pero mira, eso no les urge tanto, vaya.
ResponderEliminarMe parece una reflexión muy interesante...Ahí van mis opiniones
ResponderEliminarPrimero de todo creo que buscar la satisfacción del continuo grado-postgrado es una muestra de la poca flexibilidad del mercado laboral en España.
Segundo, creo que detrás de estas modificaciones hay un propósito de disminuir el número de residentes por motivos de presupuestos.
Tercero, creo que poco a poco están queriendo solucionar el problema disminuyendo el volumen de la sanidad pública con las privatizaciones, lo que abrirá el mercado a médicos no especialistas.
Cuarto, una de las cosas que me parecían positivas de la troncalidad, que era la reespecialización, se la han cargado al hacerla tan restrictiva.
Gracias de nuevo por tu interés en el tema, ayudas mucho a los que te han contaminado...