ESTADO DE LA CUESTIÓN III bis

Edito al final del día 3.-
Me comunican que la mediana, por cambio de la plantilla, ha subido a de 112 a 115,33 netas.
Después del análisis, que mantengo hasta el próximo, he modificado la tabla con una simulación del cambio e incluyo la nueva tabla debajo para que se vea la diferencia respecto de la primera.

Análisis de los datos de la corrección a las 21:00 horas del lunes 3 de febrero.-

Los datos de las dos muestras mantienen el tipo, el ritmo de bajada diario de la mediana y de la media es muy lento. Baja una neta la mediana y 1,18 la media.

Respecto del mismo del año pasado la mediana baja 9,33 netas y la media 3,06 pero, respecto del año anterior (2011/2012) la mediana es 0,67 netas mayor y la media 2,46 netas mayor.

¿Cómo es posible esto con los comentarios que se leen y oyen?

Los resultados de corrección son parecidos al MIR 2011/2012 que no fue considerado difícil, hablando siempre de datos cuantitativos no de otras cuestiones cualitativas.

Pero sin embargo parece que los datos en la cabeza de la distribución se estrellan contra un "rompeolas" en las 170 netas y por el momento difícilmente "el temporal" consigue que algunas "olas" sobrepasen las 180 netas, y por el momento ninguna, que yo sepa, ha atravesado las 190.

¿Cómo es posible una mediana y una media, cercanas y altas, con ese rompeolas en las 170 netas?

La respuesta podría ser que el examen ha hecho pupa en la cabeza, en los primeros de la cabeza, y con eso bajará la media de los diez mejores exámenes, tal vez intentando rondar las 185-187 netas frente a casi 194 del año pasado. Eso supone una nota de corte que rondaría +/- las 65 netas.

¿Y en el centro y en la cola de la distribución?

Con esa mediana y esa media no pueden ser notas bajas, así que habrá que seguir de cerca la evolución de la mediana y la media, pero me temo que tal y como pintan los datos la campana se ha corrido a la izquierda del orden de casi 10 netas respecto del año pasado. Las densidades altas de las notas que procuran esa mediana y esa media, cercanas, tienen que estar entonces apelotonadas en el centro de la campana y un pelo escoradas hacia la derecha. El centro de la campana se estiraría cayendo hasta 140 netas a la derecha, y algo más, en su correspondiente valor simétrico, hacia la izquierda, como viene siendo habitual. A partir de ahí, a la izquierda, hasta encontrar el tajo de la nota de corte. Es decir, y como siempre, las zonas de apelotonamiento serán arenas movedizas, allí una neta +/- puede hacer diabluras. De 130-140 para arriba, tranquilidad.

Con la distribución que barajo y, si fuera cierto que las notas de la cola-media no hubieran bajado proporcionalmente como las de cabeza-cabeza, tendríamos un resultado de nº de orden, que superaría la nota de corte, más cercano a 7.400 que a 6.700, que sería el extremo peor de lo que barajaba. Eso podría explicar la naturaleza del examen que se buscaba. De lo que se trataba, ante la contracción de la demanda de dos mil aspirantes respecto del año pasado, es que obtuvieran nº de orden el máximo posible de aspirantes del intervalo (6.700-7500), teniendo en cuenta que la nota de corte había subido del 30% al 35% y con la contracción de la demanda podía dejar plazas vacantes, y eso es lo que se trataría de buscar, el máximo de potenciales electores.

Si todo resulta como interpreto, y no me equivocara, se habría conseguido el objetivo.

Si fueran las cosas, tal y como planteo, los intervalos de 130-140-150-160-170-180 sacarían mejores nº de orden de lo que pudieran pensar en un primer momento a la vista del supuesto desaguisado. Es decir, una campana escorada a la izquierda del primer cuadrante del eje de las X pero con suficiente densidad de notas aceptables en el centro y por tanto más puntiaguda de lo ordinario entre 140 hacia 130-120-110 netas, es decir, menos dispersa. Dejando a partir de 140 para arriba más porosa la parte de notas altas, con menos densidad que los dos últimos años.

De las tres partes ordinarias del examen, preguntas conocidas y por tanto fáciles, preguntas regulares para discriminar a una parte, y preguntas difíciles y/o raras para discriminar a una buena parte, parece que han cargado la mano, más que el año pasado, en las difíciles y/o raras, y en las regulares, estando las fáciles en menor proporción que el año pasado. En resumen, ha variado el % de cada uno de los tres segmentos de dificultad de la distribución de preguntas.

Todo eso, más que para discriminar, que también, para tratar de asegurar que la media de los diez mejores exámenes baje y conseguir con eso que la nota de corte sea lo más baja posible del intervalo probable, es decir, más cercana a 64 netas que a 67,67 que son los valores equivalentes al 35% de dos MIRes extremos. De esa forma intentar que superen la nota de corte el mayor número posible de aspirantes y así amortiguar los efectos de la contracción de la demanda.

Conviene recordar que se elige por nº de orden y no por netas, no por netas comparadas de otros años, sino de este año, y las netas este año son las que son, pero los nº de orden comienzan por la más alta de todas, sea la que sea, y terminan por la más baja que es la nota de corte. Vamos, como siempre. Así que a esperar el nº de orden del día 28 que es el que vale. Mientras tanto solo hay lo que podemos darte entre unos y otros en estos ajetreados días.

¿Merecía la pena hacer esto para tratar de conseguir llegar hasta los 7.300-7.500 nº de orden y obviar el máximo posible la contracción de la demanda, con semejante ruido que se ha hecho por la rareza del examen o su atipicidad?

En un examen medio tirando a fácil todos salen contentos, los que les fue mal se callan, porque ¿quién habla si todos dicen que fue fácil?, y los que podían hablar también se callan porque siguen estando en cabeza. Así que con un examen medio-fácil se consiguen varias cosas, acostumbrar a los aspirantes a prepararlo porque les es rentable, que no hagan ruido cuando salen del examen, si acaso ruido de alegría, lo que equivale a una cierta paz social que es el mejor valor posible.

El examen, los resultados del examen, se habían movido en años anteriores dentro de un comportamiento incierto sobre su dificultad acotado en no más de 15 netas en la mediana, y el año pasado esa distancia se amplió hasta casi 18. Fue un examen extremo de facilidad en la primera parte de la distribución, tal vez amplió demasiado ese intervalo de comportamiento, pero aún así consiguió discriminar y que hubiera paz social entre los examinados. Curiosamente, de los cuatro últimos años, habían sido extremos en facilidad los dos últimos, y en dificultad, los dos anteriores.

Este año creo que la contracción de la demanda ha influido para buscar lo que comento más arriba, y se ha producido ruido. Ruido que se acallará cuando salgan los nº de orden. Lo que está por ver es si para conseguir el objetivo buscado merecía la pena asumir ese riesgo. Es cierto que yo pensaba que con el escenario que se venía encima quedarían plazas sin cubrir, pero también hay quien piensa y dice que no, que con los tiempos que corren no está el horno para bollos.

Naturalmente, todo lo dicho aquí, sometido a mejor criterio u opinión y asumiendo el riesgo de errar con los datos prematuros que tenemos, porque todavía falta para saber el resultado final. 

Resultado que se verá, después de atravesar el vía crucis postMIR, primeras correcciones, publicación de las plantillas provisionales a los diez días del examen, tres días de impugnaciones de preguntas no claras, la espera de las preguntas anuladas, nuevas plantillas de respuestas correctas el día 25, estas sí definitivas, las listas de resultados provisionales el día 28, las reclamaciones a las mismas durante cinco días, y por fin las variaciones de nº de orden de los resultados provisionales a definitivos que se publicarán el 25 de marzo. Casi dos meses de sobresaltos emocionales, para muchos, en espera de un nº de orden con el que elegir plaza. 

A partir de ahí otro calvario, ya con el nº de orden hacer la ruta de visitas a los hospitales y hacer la lista de plazas ordenada de forma prevalente, y por fin el calendario de asignaciones de plazas, los turnos de llamamiento y por último apretar el ¡ENTER! el día de la elección, entrando en el Ministerio por una "gatera" de la calle Lope de Vega y saliendo por la puerta grande de Ministerio por el Paseo del Prado. Allí por fin los abrazos y risas de rigor, risas de alegría que a veces se convierten en lloros de alegría, una vez rota la tensión acumulada de meses. Miles de personas siguiendo los Actos de Asignación de Plazas, somos los MIRones del MIR.

Todo eso es el postMIR, un sin vivir comparado con la preparación, por lo menos para una parte importante de los examinados, tanto más cuanto más cercano se está a las zonas de arenas movedizas, que cada uno tiene la suya.

Al final cada mochuelo a su olivo, y en ese olivo comenzar una nueva etapa de la aventura de ser y ejercer de médico, que es la aventura que cuenta. 

¿Hay forma de evitar la fase de selección que ordena para elegir plaza?, ¿Hay otra forma logística mejor, asumible económicamente y en el tiempo, para ordenar objetiva y equitativamente a 30.000-40.000 aspirantes de todas las profesiones sanitarias, en una prueba centralizada de libre concurrencia?

Léase que hablo de equidad, para todos las mismas normas, y no de justicia, para todos interpretable, léase que hablo de objetividad, que no es otra cosa que medir a través de las normas que regulan un test de respuestas múltiples con penalización, cuyas preguntas son impugnables y además someterse a posteriori a pruebas psicométricas. Léase que no hablo de subjetividad de tribunales haciendo entrevistas, leyendo currículum, o cartas de recomendación, etc. Sí sí, ya sé que eso sería guay del Paraguay, miles y miles de entrevistas por cientos de hospitales y unidades docentes, con el currículum en la mano como en los viejos tiempos.

¿Cuántos hospitales visitaría cada aspirante?, porque ahora lo hace pero para elegir no para que le elijan, ¿se imaginan la logística para realizar las entrevistas de selección?, ¿se podrían recurrir los resultados?. Sí sí, ya sé que en otros sitios se hace así, o con un mix como en USA donde todos hacen un examen después de la licenciatura, tres exámenes en realidad de tres niveles diferentes para acreditarse como médico, una especie de reválida, y luego es el hospital que tu visitas el que te elige, o no, a la vista de su valoración. Así que preparémonos para el cambio, a ver por donde salen los tiros de todas las escopetas posibles.

Por cierto, la prueba ECOE, esa que mide las habilidades clínicas y de comunicación, medición que el legislador puso en la ley 44/2003 al igual que la troncalidad, en cuatro días la harán todas las facultades españolas que no la hacen todavía, y la llevarán implícita los títulos de licenciatura expedidos, sin tener que montar una logística monumental para hacerla en el MIR, que no es que no se pueda, pero mejor cada cosa en su casa, digo. 

Al final me salieron palabras y más palabras, más que números que no necesitan ninguna. Este blog ya no es lo que fue, solo números y alguna poesía. Será por ser solo un verso suelto.

Buenas noches

Corolario.- 

Imagino las risas de los del santa santorum por semejante deriva de discurso, sobre todo, si no fuera otra cosa que el fruto de una calenturienta imaginación mía y no de su intento.