Nota 1.- Además de los discursos cualitativos que puedan ofrecer los afectados, he intentado reflejar en la tabla los datos del discurso cuantitativo para tratar de entender desde otro punto de vista lo que ha pasado y pasa en la elección de plazas de Medicina Familiar y Comunitaria, ya que generalmente no se expresa en los mismos sino como una consecuencia de otras cuestiones.
En ese aspecto lo cuantitativo nos dice otras cosas, los nº de orden con los que se eligen las plazas de Familia dependen de la relación R/F (relación entre Resto de plazas ofertadas y oferta de Familia). Al margen de cualquier otra consideración cuanto menor fuera esa relación, con mejores nº de orden se elegiría Medicina Familiar y Comunitaria, al menos así sería en los estadísticos de sus medidas centrales.
En ese aspecto lo cuantitativo nos dice otras cosas, los nº de orden con los que se eligen las plazas de Familia dependen de la relación R/F (relación entre Resto de plazas ofertadas y oferta de Familia). Al margen de cualquier otra consideración cuanto menor fuera esa relación, con mejores nº de orden se elegiría Medicina Familiar y Comunitaria, al menos así sería en los estadísticos de sus medidas centrales.
Como en la práctica de los que ofertan y pagan las plazas (CCAA) no había, ni parece que haya, manera de disminuir esa relación independientemente de que sea lo que se recomienda cualitativamente, algo había que hacer por quien pudiera ante el aumento de la demanda selectiva ejercida por los electores, tal y como expresa la tabla quedando incluso plazas desiertas.
Lo que se hizo parece evidente a la vista de los datos, si no movían ficha las CCAA disminuyendo la oferta de plazas del Resto de especialidades respecto de Familia, la tuvo que mover el Ministerio de Sanidad simplemente como gestor de la prueba más que como ofertante último y formal de las plazas.
Para conseguir que se asignaran todas las plazas de Familia, que es lo que cuenta para el Ministerio de Sanidad como gestor de la prueba, tuvo que echar mano de lo que supo y pudo regulando varias modulaciones en la prueba antes de la asignación de las plazas.
Lo que se hizo parece evidente a la vista de los datos, si no movían ficha las CCAA disminuyendo la oferta de plazas del Resto de especialidades respecto de Familia, la tuvo que mover el Ministerio de Sanidad simplemente como gestor de la prueba más que como ofertante último y formal de las plazas.
Para conseguir que se asignaran todas las plazas de Familia, que es lo que cuenta para el Ministerio de Sanidad como gestor de la prueba, tuvo que echar mano de lo que supo y pudo regulando varias modulaciones en la prueba antes de la asignación de las plazas.
Una, la necesidad de obtener una puntuación mínima necesaria para obtener nº de orden (también conocida como nota de corte). Simplemente nota positiva a partir de 2008/2009, del 30% de la nota media de los diez mejores exámenes a partir del 2012/2013, y en el presente MIR 2013/2014 del 35% de la nota media de los diez mejores exámenes. Esta posibilidad de modulación se reguló en la DTQ del RD 183/2008.
Dos, la creación del segundo llamamiento caso de quedar plazas desiertas en el primero, para aquellos que no eligieron plaza en el mismo, en la práctica solo los afectados por el cupo. Con esta segunda modulación se ha conseguido hasta el momento cubrir todas las plazas de Familia, y de rebote con mejores nº de orden por optar a las mismas los afectados por el cupo que no pudieron elegir en el primer llamamiento por haber consumido su límite máximo establecido. Esta posibilidad de modulación se reguló en la Orden SAS/2158/2010.
Es altamente probable que este MIR ocurra lo mismo o parecido que en el anterior, máxime por haber bajado el cupo del 8% al 4% (246 plazas frente a 511 el año anterior), y por haber aumentado la nota de corte necesaria para obtener nº de orden (del 30% al 35% de la nota media de los diez mejores exámenes), ya que este endurecimiento en las modulaciones ha contraído la demanda de inscritos (-14,05%) 3,76 veces más de lo que se ha contraído la oferta de plazas (-3,74%).
A las dos modulaciones mencionadas se une otra anterior, la de no poder volver a elegir la misma especialidad, que en este caso afecta a todos aquellos especialistas de Familia que pudieran intentar reespecializarse para conseguir mejor empleo con la plaza de formación y que no obtuvieran suficiente nº de orden para elegir otras especialidades de su interés, de ahí que las incomparecencias a elegir plaza sean unas voluntarias (demanda selectiva) y otras forzosas (los que no superan la nota de corte, los afectados por el cupo que no superan el nº de corte del mismo, y los especialistas que no pueden elegir lo que querían y tampoco pueden repetir su especialidad, en este caso Familia).
Nota 2.- La dialéctica de lo cualitativo y cuantitativo puede ser utilizada interesadamente pero sería estéril, la causa formal, el nº de orden con el que se eligen las plazas de Familia, no solo es cuantitativa (la relación R/F como ejemplo real y estadístico), sino que lo causal (todo aquello que explicaría ese comportamiento), envolvería el conjunto de las decisiones personales en una gama difusa de ponderaciones cualitativas y cuantitativas de todos los electores de Familia y su análisis no podría ser tan simple como el ejemplo real y estadístico de la relación R/F, al menos no en todos los casos, aunque sirva como ejemplo estadístico para explicar lo que pretendía.
Para tratar de dar una explicación cualitativa sería necesario un tipo de diseño de investigación diferente que permitiera describir los diferentes comportamientos de los interesados desde esa perspectiva y que escapa al propósito de la entrada, independientemente de que sea cierto que a partir de determinados percentiles de nº de orden se restringe de forma creciente la capacidad de elección, quedando circunscrita, conforme se decrece en los mismos, a unas pocas especialidades. Nada por otra parte que no se conociera ya de antemano.
Familia, a pesar de las opiniones de muchos de los interesados, no sale tan mal parada como otras especialidades teniendo en cuenta su naturaleza y esa relación R/F tan curiosa al alza. Además, las modulaciones mencionadas en el texto de la entrada, la benefician al menos en cuanto a cubrir toda la oferta y de paso mejoran sus parámetros estadísticos de nº de orden con el que se elige, que no es poco precisamente, según se desprende de los datos del año pasado en la tabla, primero en el que se activó de forma simultánea una subida de la nota de corte y una reducción del cupo.
Es altamente probable que este MIR ocurra lo mismo o parecido que en el anterior, máxime por haber bajado el cupo del 8% al 4% (246 plazas frente a 511 el año anterior), y por haber aumentado la nota de corte necesaria para obtener nº de orden (del 30% al 35% de la nota media de los diez mejores exámenes), ya que este endurecimiento en las modulaciones ha contraído la demanda de inscritos (-14,05%) 3,76 veces más de lo que se ha contraído la oferta de plazas (-3,74%).
A las dos modulaciones mencionadas se une otra anterior, la de no poder volver a elegir la misma especialidad, que en este caso afecta a todos aquellos especialistas de Familia que pudieran intentar reespecializarse para conseguir mejor empleo con la plaza de formación y que no obtuvieran suficiente nº de orden para elegir otras especialidades de su interés, de ahí que las incomparecencias a elegir plaza sean unas voluntarias (demanda selectiva) y otras forzosas (los que no superan la nota de corte, los afectados por el cupo que no superan el nº de corte del mismo, y los especialistas que no pueden elegir lo que querían y tampoco pueden repetir su especialidad, en este caso Familia).
Nota 2.- La dialéctica de lo cualitativo y cuantitativo puede ser utilizada interesadamente pero sería estéril, la causa formal, el nº de orden con el que se eligen las plazas de Familia, no solo es cuantitativa (la relación R/F como ejemplo real y estadístico), sino que lo causal (todo aquello que explicaría ese comportamiento), envolvería el conjunto de las decisiones personales en una gama difusa de ponderaciones cualitativas y cuantitativas de todos los electores de Familia y su análisis no podría ser tan simple como el ejemplo real y estadístico de la relación R/F, al menos no en todos los casos, aunque sirva como ejemplo estadístico para explicar lo que pretendía.
Para tratar de dar una explicación cualitativa sería necesario un tipo de diseño de investigación diferente que permitiera describir los diferentes comportamientos de los interesados desde esa perspectiva y que escapa al propósito de la entrada, independientemente de que sea cierto que a partir de determinados percentiles de nº de orden se restringe de forma creciente la capacidad de elección, quedando circunscrita, conforme se decrece en los mismos, a unas pocas especialidades. Nada por otra parte que no se conociera ya de antemano.
Familia, a pesar de las opiniones de muchos de los interesados, no sale tan mal parada como otras especialidades teniendo en cuenta su naturaleza y esa relación R/F tan curiosa al alza. Además, las modulaciones mencionadas en el texto de la entrada, la benefician al menos en cuanto a cubrir toda la oferta y de paso mejoran sus parámetros estadísticos de nº de orden con el que se elige, que no es poco precisamente, según se desprende de los datos del año pasado en la tabla, primero en el que se activó de forma simultánea una subida de la nota de corte y una reducción del cupo.
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