Recopilo y extraigo datos para su recuerdo, no son datos numéricos, son discurso en su memoria.
La necesidad de especialización no es un concepto nuevo, se desarrolla conforme avanza la ciencia y ya no se puede abarcar el saber enciclopédico, la especialización es a la vez ventaja y servidumbre de nuestra limitación.
El nacimiento del MIR no fue nada más que una necesidad para objetivar la entrada, a la necesaria especialización que tenían los médicos de hacerlo después de la licenciatura. Todo para responder a las necesidades de la población en una sociedad que lo demandaba por su desarrollo económico, y que se corona en el año 1995 con la extensión de esa necesidad a los médicos de atención primaria.
Convertir a una buena parte de los hospitales, acreditando su capacidad de formación universitaria de postgrado, y no solo a los Clínicos anejos a las facultades de Medicina, ha sido el precio para extenderla a todos. Las Facultades no podían atender solas esa ingente tarea.
No existe profesión en España donde ese propósito se haya desarrollado así, el MIR es un túnel selectivo y formativo por el que han de pasar la inmensa mayoría, pocos se sustraen porque si no se cursa no te especializas y sin especialidad no se puede trabajar a posteriori en el SNS. Así están las cosas desde 1995.
Pero los orígenes no son de esa fecha, en esa fecha fue su generalización, pero había precedentes de hospitales con vocación formativa muchos años atrás. Basurto, San Pablo, Valdecilla, y el Instituto que se convertiría después en la Fundación Jiménez-Díaz. Algunos médicos se formaron en el exterior con la Junta de Ampliación de Estudios, pero faltaban muchos años para que se generalizara la especialización.
Faltaban dos décadas para que comenzara a estudiarse el problema que agudizó la masificación de la universidad como primera señal del incipiente desarrollo económico de la década de los sesenta.
Se creó el Seminario de hospitales con programas de formación, estando en el grupo inicial una decena de hospitales, así comenzó la avidez por mejorar, en el horizonte se veía una organización académica, archivo de historias clínicas, sesiones científicas, etc.
Así lo entendió entonces el INP gracias a la visión de sus hombres, Romeo Gorría y otros.
Al grupo inicial de hospitales se añadieron los Clínicos de Madrid y Barcelona. Las convocatorias de plazas de los hospitales del Seminario se unificaron y el Seminario, a título no obligatorio, organizó el primer examen MIR.
Para tratar de evitar los fallos que surgieron se elaboró el primer Manual de Acreditación de Hospitales para evaluar la formación.
Finalmente se creó en 1978 el Ministerio de Sanidad, el mismo año que se aprobó la actual constitución, siendo su primer titular Sánchez de León y subsecretario el doctor Palacios Carvajal. Se encargó al doctor Vicente Rojo Fernández la subdirección general de Docencia e Investigación con rango de Director General.
El doctor Rojo Fernández había comenzado la carrera en Barcelona y la terminó en Bolivia como consecuencia del exilio de su padre, el general Rojo. Se especializó en Cirugía General en Estados Unidos y posteriormente trabajó en Bolivia y Colombia como cirujano y profesor universitario. Volvió a España en 1968 tras la muerte de su padre.
Fue uno de los pioneros de la historia descrita y Jefe de Servicio de Cirugía de la clínica Puerta de Hierro de Madrid. Así y de este primer grupo nació el actual MIR. El resto es continuación de la historia.
Adenda.-
En 2008 el doctor Ciril Rozman, más autorizado que el editor, lo contaba así en su blog:
El doctor Rojo Fernández había comenzado la carrera en Barcelona y la terminó en Bolivia como consecuencia del exilio de su padre, el general Rojo. Se especializó en Cirugía General en Estados Unidos y posteriormente trabajó en Bolivia y Colombia como cirujano y profesor universitario. Volvió a España en 1968 tras la muerte de su padre.
Fue uno de los pioneros de la historia descrita y Jefe de Servicio de Cirugía de la clínica Puerta de Hierro de Madrid. Así y de este primer grupo nació el actual MIR. El resto es continuación de la historia.
Adenda.-
En 2008 el doctor Ciril Rozman, más autorizado que el editor, lo contaba así en su blog:
Clásicamente no existía en nuestras Facultades de Medicina una preocupación especial sobre los aspectos docentes ni sobre la formación estructurada de los médicos en diferentes etapas. Sus comienzos se remontan a menos de medio siglo.
Corría el año 1970 y unas pocas decenas de personas nos recluimos tres o cuatro días en el Parador Nacional de Toledo. El promotor de la reunión fue el Dr. Antonio Gallego, catedrático de Fisiología de la Universidad Complutense de Madrid y un gran pionero en el campo de la educación médica. En efecto, introdujo por un tiempo un nuevo plan de estudios en su Facultad, llamado plan Gallego, y, además, junto a otros pioneros impulsó la fundación de la Sociedad Española de Educación Médica de la que fue el primer presidente en 1971. En la reunión de Toledo tuvieron también un importante papel el Dr. José Mª Segovia que sigue en la brecha, y también el Dr. Vicente Rojo quien había tenido interesantes experiencias docentes de tipo innovador en la Universidad de Cali (Colombia) A la vez nos acompañaron algunos expertos internacionales. Entre ellos me impresionó sobremanera el destacado endocrinólogo holandés Dr. Querido, quien en 1966 había liderado la creación de la nueva Facultad de Medicina en Rotterdam, la cual pocos años más tarde se incorporó a la prestigiosa Universidad Erasmus de la misma ciudad. También recuerdo la asistencia del Dr. Monge, rector de la Universidad católica de Lima (Perú) e hijo del descubridor del mal de las montañas. Asimismo me impresionó por su gran personalidad el patólogo y humanista mejicano Ruy Pérez-Tamayo. A la hora de redactar las conclusiones del encuentro, tuve el honor de colaborar en esta tarea, por lo que se refiere a la educación médica pregraduada, con el Dr. Segovia de Arana con quien compartimos después numerosas iniciativas en el campo de la Universidad y Sanidad españolas. El encuentro fue presidido por un alto oficial retirado del ejército estadounidense, pues así lo decidió la Macy’s Foundation, ligada a la conocida cadena estadounidense de los grandes almacenes del mismo nombre, la cual patrocinó la reunión. Alguien comentó que nos recluyeron en Toledo para que ningún invitado tuviera tentaciones de hacer turismo por Madrid y que de este modo la inversión realizada tuviera un buen fruto, como así fue. En efecto, como consecuencia de aquella reunión el Dr. Segovia de Arana organizó y presidió en Febrero de 1971 un Seminario de Educación Médica, durante el cual se difundieron los progresos en metodología educativa para su introducción en nuestras Facultades de Medicina.
Corría el año 1970 y unas pocas decenas de personas nos recluimos tres o cuatro días en el Parador Nacional de Toledo. El promotor de la reunión fue el Dr. Antonio Gallego, catedrático de Fisiología de la Universidad Complutense de Madrid y un gran pionero en el campo de la educación médica. En efecto, introdujo por un tiempo un nuevo plan de estudios en su Facultad, llamado plan Gallego, y, además, junto a otros pioneros impulsó la fundación de la Sociedad Española de Educación Médica de la que fue el primer presidente en 1971. En la reunión de Toledo tuvieron también un importante papel el Dr. José Mª Segovia que sigue en la brecha, y también el Dr. Vicente Rojo quien había tenido interesantes experiencias docentes de tipo innovador en la Universidad de Cali (Colombia) A la vez nos acompañaron algunos expertos internacionales. Entre ellos me impresionó sobremanera el destacado endocrinólogo holandés Dr. Querido, quien en 1966 había liderado la creación de la nueva Facultad de Medicina en Rotterdam, la cual pocos años más tarde se incorporó a la prestigiosa Universidad Erasmus de la misma ciudad. También recuerdo la asistencia del Dr. Monge, rector de la Universidad católica de Lima (Perú) e hijo del descubridor del mal de las montañas. Asimismo me impresionó por su gran personalidad el patólogo y humanista mejicano Ruy Pérez-Tamayo. A la hora de redactar las conclusiones del encuentro, tuve el honor de colaborar en esta tarea, por lo que se refiere a la educación médica pregraduada, con el Dr. Segovia de Arana con quien compartimos después numerosas iniciativas en el campo de la Universidad y Sanidad españolas. El encuentro fue presidido por un alto oficial retirado del ejército estadounidense, pues así lo decidió la Macy’s Foundation, ligada a la conocida cadena estadounidense de los grandes almacenes del mismo nombre, la cual patrocinó la reunión. Alguien comentó que nos recluyeron en Toledo para que ningún invitado tuviera tentaciones de hacer turismo por Madrid y que de este modo la inversión realizada tuviera un buen fruto, como así fue. En efecto, como consecuencia de aquella reunión el Dr. Segovia de Arana organizó y presidió en Febrero de 1971 un Seminario de Educación Médica, durante el cual se difundieron los progresos en metodología educativa para su introducción en nuestras Facultades de Medicina.
Implantación del sistema MIR. Como consecuencia de los movimientos relatados, en 1978 se produjo el avance más importante registrado en España en el terreno de la educación médica: introducción de la formación postgraduada mediante el sistema MIR. Los que habíamos tenido algunas experiencias con las Escuelas Profesionales de especialización, nos percatamos de que estas seguían conservando todas las características de los estudios de licenciatura, básicamente teóricos. Recuerdo que alguien había calificado a los alumnos de estas Escuelas Profesionales como asistentes de gabardina y paraguas, para ilustrar su poca implicación en la formación práctica. La introducción del sistema MIR bajo la iniciativa del Dr. Segovia de Arana y del Ministerio de Sanidad fue una auténtica revolución que ha dado grandes frutos y es envidia de muchos países europeos. Tuve la fortuna de colaborar en este proceso como miembro de las primeras Comisiones de Medicina Interna y de Medicina Familiar. Como es bien conocido, el sistema consiste en que el licenciado se integre en los servicios clínicos y que vaya adquiriendo tareas de responsabilidad creciente bajo una idónea supervisión. De hecho se procedió a emular el sistema de residencia existente en EEUU de Norteamérica, con dos diferencias fundamentales. La más relevante es la que se refiere al método de selección. Mientras que en EEUU, un aspirante a residente contacta con varias Universidades solicitando su admisión, las cuales proceden a escogerlos mediante su propio mecanismo, entre nosotros se optó por un examen único y centralizado que sigue vigente. Al ser de tipo exclusivamente cognitivo, ha lastrado de forma negativa los estudios pregraduados. Se ha dado la paradoja de que el mayor progreso conseguido en España en el terreno de la Educación Médica, ha tenido como un efecto secundario adverso, un empeoramiento de la fase pregraduada. La segunda diferencia tiene que ver con el examen al final del período de formación MIR. En realidad esta evaluación estaba prevista también en España, pero una huelga de los mismos MIR impidió su puesta en práctica.
Nos encontramos en un momento particularmente crítico no tan sólo de la educación médica, sino de la formación universitaria en general, puesto que están en marcha numerosas reformas. En futuros artículos me ocuparé de todas estas cuestiones con más detalle.
Nos encontramos en un momento particularmente crítico no tan sólo de la educación médica, sino de la formación universitaria en general, puesto que están en marcha numerosas reformas. En futuros artículos me ocuparé de todas estas cuestiones con más detalle.
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