No se parecen en nada
mis discursos y mis sueños,
mi alma se balancea
siempre entre dos ecos.
¿Cuál de ellos es real?,
¿cuál de ellos es sueño?.
Poco importa lo que sea,
tú siempre estás en ellos.
Transite por unos u otros
siempre cincelo tu rostro.
José María
mis discursos y mis sueños,
mi alma se balancea
siempre entre dos ecos.
¿Cuál de ellos es real?,
¿cuál de ellos es sueño?.
Poco importa lo que sea,
tú siempre estás en ellos.
Transite por unos u otros
siempre cincelo tu rostro.
José María
José Maria, me ha gustado mucho, además es muy parecido lo que me siento, gracias. A ver, si aprendo escrribir la poesia en español, aunque ya he probado varias veces. Los mejores deseos!
ResponderEliminarPiensa el hombre cuando nace,
ResponderEliminaro cuando empieza, a lo menos, formando entes de razón a obrar con entendimiento,
que nace a emplear su curso solo en el uso de aquellos oficios a que le llama la vocación de su genio;
pues no,
que ni el César mismo nace solamente a serlo,
el señor a ser señor,
a lucir el caballero,
el soldado a dar vitorias,
el ministro a dar consejos,
el estudioso al aplauso,
el político al gobierno,
el oficial al sudor,
ni el mendigo al desconsuelo: todos nacen a otro fin, que es, si le examinan cuerdos, servir a Dios y gozarle.
Servirle dije primero, porque, para amar gozando, se ha de merecer sirviendo.
Calderón de la Barca
José María... que bello!!, eres único, eres especial.. Gracias
ResponderEliminarLa verdad muy bonito
ResponderEliminar;)
Tus palabras también cincelan, dejándonos más bellos por dentro.
ResponderEliminarGracias Gangans, un beso.