lunes, 25 de septiembre de 2017

La radiografía del tsunami del año pasado, amarillo y rojo, por décima de baremo académico, comparado con el año anterior...

... o la demostración palpable de la paradoja de la prueba. Cuanto mejores y mayores sean los resultados del examen en respuestas netas en la cabeza y hombros de la distribución, en un año determinado, peores serán los nº de orden con las mismas respuestas netas en los dos años que se comparan a igualdad del resto de las variables...

¿Por qué supone una paradoja?

Porque los aspirantes se preparan y entrenan comparando las respuestas netas obtenidas en los simulacros con las respuestas netas del examen de otros años. Sin embargo la prueba se expresa cada año en nº de orden conforme a las variables que determinan las respuestas netas de ese año.

En resumidas cuentas, los nº de orden de cada año dependen del número de presentados ese año y del sentimiento de dificultad del examen de los mismos expresada en respuestas netas. Cada año se ordena a sí mismo y en sí mismo. 

Esa es la razón de que la única competencia que existe en la prueba es posterior al examen. La competencia comienza justo en el momento de ser ordenados. Nunca antes. Durante la preparación y durante el examen uno compite solo consigo mismo. Compite fundamentalmente por el auto control de sus circunstancias, de su tendencia a la procastinación y al desorden, sin olvidar la incertidumbre que produce la variabilidad de resultados a lo largo de la preparación. Solo después del examen de cada año se ordenan los resultados de ese año y ahí sí, esa ordenación es competitiva porque se expresa no en respuestas netas sino en nº de orden.

En resumidas cuentas, los nº de orden de cada año dependen del número de presentados ese año y del sentimiento de dificultad del examen en los examinados. Los conocimientos, el entrenamiento, el autoncontrol, las circunstancias personales y la aleatoriedad expresan ese sentimiento en respuestas netas del ejercicio de examen en cada examinado. Cada año se ordena a sí mismo y en sí mismo y solo para elegir las plazas ofertadas ese año. 



Adenda.- A diferencia de otras gráficas publicadas que comparaban la función de densidad y/o la función de distribución, en esta podemos comparar las medianas de nº de orden por décima de baremo a simple vista un año y otro, y ver como a partir de unas décimas de baremo determinadas en que las medianas son prácticamente iguales, comienza el tsunami hasta el final. 

Cuantos más y mejores exámenes haya en la cabeza y hombros de la distribución peores serán los nº de orden en la misma. ¿Por qué?

Porque los resultados de la prueba se expresan en nº de orden y no en respuestas netas de examen. La distancia entre nº de orden siempre será la unidad pero el resultado del examen más el resultado del baremo académico se expresa en diezmilésimas, y pueden estar más o menos densas entre ellas e incluso puede haber empates.

La clave del tsunami fue la densidad de buenos resultados en la cabeza y tronco de la distribución que convertidos en nº de orden los arrastraban hacia atrás. En la gráfica se aprecia ese fenómeno, especialmente en la mediana que representa peores nº de orden que el año anterior por décima de baremo académico a partir de determinados intervalos del mismo. 

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