Nota.- No todos los que pueden elegir terminan haciéndolo, primero es necesario poder y en segundo lugar querer. El querer es una variable dependiente de una cajón de sastre en el que caben las diferentes circunstancias personales. La acción de elegir es la resultante de un conjunto de circunstancias, una objetivas, y otras personales y ambientales, incluido el azar. El resultado final es producto de dos tensiones, la tensión selectiva de la prueba y la tensión selectiva de la demanda. De trasfondo los MIR conviven con la tensión de dos naturalezas especiales y distintas de relación con los centros, la naturaleza formativa y la naturaleza laboral.
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