SOBRE LA DIFICULTAD DEL EXAMEN

Nota sobre la nomenclatura de identificación del MIR.- 

Es muy frecuente denominar el MIR por el año de realización del examen, así este año sería el MIR 2014 para los que así lo deciden. En este blog comencé, y sigo, denominando a los MIRes igual que lo hace el Ministerio, por el año de la convocatoria, así este año sería el MIR 2013. Con el paso del tiempo, para evitar confusiones, los denomino por ambas fechas o bien por la fecha de la convocatoria, nunca por la fecha del examen, por lo que este año sería el MIR 2013/2014 o el MIR 2013. Sirvan de ejemplo las dos tablas. 

Adenda sobre el grado de dificultad del examen.-

A primera vista el grado de dificultad del examen es un juicio subjetivo del examinado, la primera opinión que tenemos, y todos andamos buscando opiniones de los demás para tratar de objetivar la nuestra con la de todos. ¿Cómo objetivar el grado de dificultad de todos sobre el MIR?

Desde mi punto de vista se puede hacer, básicamente, de dos formas, una cualitativa y otra cuantitativa, ambas accesibles de forma rápida, a vuela pluma, que es lo que interesa ahora.

La primera forma en el tiempo es cualitativa, y nos la dirán los magister de las academias cuando emitan su opinión cualificada, sin lugar a dudas son los que más saben del MIR. Son los creadores de montones de simulacros con los que se entrenan los examinandos. Controlan miles y miles de preguntas caracterizadas previamente por su grado de dificultad, no solo de las que salieron en MIRes anteriores, sino también nuevas de ellos o de otros. Ellos hablarán pronto del examen haciendo un análisis del mismo, que publicarán de una manera u otra. Se deben a sus alumnos y también a sus futuros alumnos, así que las harán públicas en cuanto las tengan.

La segunda forma en el tiempo es cuantitativa, y la tendremos en dos fases. 

La primera fase, en esa estamos, consiste en medir la media y la mediana de las muestras de los exámenes corregidos en las academias. Cada año se realiza antes. Naturalmente corrigen aquellos examinados que quieren, claro, y eso tiene un sesgo, pero a pesar de ese sesgo se pueden estudiar esos datos. Con los resultados del tamaño de las muestras, media y mediana de las mismas nos iremos haciendo una idea, plasmada en la tabla ESTADO DE LA CUESTIÓN.

La segunda fase, es a posteriori,  cuando salgan los resultados definitivos estudiar la distribución de los mismos. Esas son las tablas que subo a posteriori. Las dos tablas de la entrada son dos ejemplos de estudio de los datos a posteriori, y son solo dos formas diferentes, de las muchas posibles de estudiar el grado de dificultad del examen, para poderlo comparar.

Y ahora vamos al grano del examen de este año.

1º.- Se elige plaza por nº de orden, no por netas. 

2º.- Es cierto que los nº de orden son consecuencia de las netas y del baremo, pero esto es cada año por separado, por lo tanto se ordena igual si el examen ha sido difícil que fácil. Hay dos distribuciones distintas, la de resultados del examen en netas y la de nº de orden, esta última es normalizadora, del nº 1 al último, de uno en uno. Al final lo que tenemos es una lista de nº de orden, con las netas y baremo del año en cuestión, en este caso del MIR 2013/2014, independientemente de las netas y baremo de otros años.

Por lo tanto dos cosas a tener en cuenta: no hay que comparar netas y nº de orden de un año y otro, porque ni los que se presentan son el mismo número, ni la dificultad del examen es la misma. Por lo tanto las netas correspondientes a cada nº de orden no son equivalentes un año con otro.

Así pues, calma hasta ver como le ha ido a la mayoría, es decir, vamos a ver como va la media y mediana de la muestras y comparar con años pasados, a la vista de los datos.

¿Qué ha podido pasar por la mente de quien puso el examen?

No lo sé. Solo puedo cabilar.

Con la contracción de la demanda traté de razonar en una serie de entradas anteriores, que el examen podría intentar, que la media de los diez mejores fuera lo más baja posible, por ejemplo igual que el MIR 2010/2011 (191,00 netas) frente a la del año pasado (197,00 netas). ¿Para qué?

Para conseguir que la nota de corte fuera lo más baja posible de las probables (64,00-67,67) y ganar con eso que la distribución de nº de orden fuera la más amplia de las posibles después de la contracción de 2.000 aspirantes frente a la del año pasado.

Si pongo un examen que tenga el mismo número de preguntas fáciles o esperadas que el año pasado, por ejemplo, que consiga que la segunda parte de la distribución sea parecida al año pasado o al anterior, y un examen con el resto de preguntas que consiga distribuir la primera parte de la distribución con peores netas que el año pasado, muy especialmente los diez primeros exámenes, conseguiré que la contracción de la demanda se note menos que en un año más difícil para todos, máxime habiendo subido la nota de corte general al 35%. 

Como escribí en alguna entrada días atrás, entre el 28-33% de los afectados, con una nota de corte entre 64,00 y 67,67 netas, según sea la media de los diez mejores, de 191,00 a 197,00 netas según sea de extrema la dificultad para ellos. Eso estimaría los que puedan obtener nº de orden entre 6.700 y 7.300 según fuera la dificultad del examen. La tentación sería llegar hasta los 7.500 con nº de orden para evitar que se queden plazas sin cubrir. Hasta ahí el razonamiento. Pero es harto difícil de conseguir y lo que es peor arriesgado, porque hay que ser un figura para controlar a 10 figuras y te puede salir el tiro por la culata.

Esta es mi primera reflexión, a vuela pluma, siguiendo el hilo de los comentarios de la entrada ¿Cómo ha sido el examen?, sin tener todavía medidas de media y mediana de las correcciones.