Todo acto creativo produce ingentes cantidades de basura,
no necesariamente física...
Pasar de la intuición a un pensamiento estructurado, plasmarlo mediante cálculos en modelos y/o tablas, redactar una hipótesis coherente de lo creado, primero mental y después por escrito, lleva múltiples correcciones y podas. Ese desprendimiento de la hojarasca y de las ramas secas, de su natural o mecánico, es la basura que se corta y se pierde por el camino, hasta quedar lo esencial, desnudo ante la razón y la vista, estético y comprensible.
El acto creativo requiere intuir, imaginar, y concretar lo intuido. Sin curiosidad, sin intuición, y sin concreción, difícilmente habrá acto creativo. Sin actos creativos propios siempre dependeremos de quienes los realicen. Un sistema educativo tiene que fomentar la creatividad de, y en, sus alumnos, de lo contrario dependeremos de los demás, de sus creaciones.
El equilibrio entre la aspiración a la igualdad, y la libertad que fomenta la creatividad y sus múltiples recompensas, no necesariamente solo las económicas, es el arte de la política.
Siempre se anhela y se busca la perfección, pero no siempre se consigue.
El acto creativo requiere intuir, imaginar, y concretar lo intuido. Sin curiosidad, sin intuición, y sin concreción, difícilmente habrá acto creativo. Sin actos creativos propios siempre dependeremos de quienes los realicen. Un sistema educativo tiene que fomentar la creatividad de, y en, sus alumnos, de lo contrario dependeremos de los demás, de sus creaciones.
El equilibrio entre la aspiración a la igualdad, y la libertad que fomenta la creatividad y sus múltiples recompensas, no necesariamente solo las económicas, es el arte de la política.
Siempre se anhela y se busca la perfección, pero no siempre se consigue.
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