Durante toda la historia del examen MIR ha habido un sesgo humano en el orden de las respuestas correctas, ese sesgo ha dejado de darse a partir de la convocatoria MIR 2010/2011, tal y como puede verse en la tabla analítica y en la gráfica.
Había sido descubierto antes de que me dedicara a esta aventura, por eso algunos aconsejaban que no se hiciera caso a las recomendaciones estadísticas de no contestar si se dudaban más de tres. Caso de dudar entre más de tres, recomendaban que marcaran la tres o la cuatro, que eran las que con más frecuencia, año a año, eran respuestas válidas, frente a la uno, la dos o la cinco.
Tenían razón, y en aras de la utilidad que tenía para ellos no habían pedido que se aleatorizaran las respuestas. Alguien lo hizo y el Ministerio se hizo eco de la petición. La prueba estadística de ese eco se pudo demostrar después por alguno de los estudiosos que siguen el MIR (por ejemplo Curso MIR Asturias). Aquí les ofrezco la mía, tres años de resultados lo avalan, los tres últimos, según se ve en la tabla y en la gráfica.
Quien redacta una pregunta para el examen piensa primero en ella, en su contenido, y a la vez en la respuesta correcta. Luego piensa en un conjunto de respuestas erróneas, que han de tener suficiente capacidad distractora de la válida que pensaron primero.
Luego las redacta definitivamente y las ordena, pues bien, ese orden ha tenido un sesgo humano de elección del mismo en los exámenes MIR hasta la convocatoria 2010/2011 en que dejó de tenerlo, el Ministerio con buen criterio aleatorizó el orden de las respuestas a partir de esa convocatoria.
En total, el redactor de cada pregunta, ha de pensar y redactar cuatro respuestas distractoras de la respuesta válida. Cuatro se me antojan demasiadas para que el redactor o redactores encuentren que tengan capacidad suficientemente distractora en el conjunto de las 235 preguntas del examen. Intento ponerme en su lugar y después de encontrar dos, la tercera y la cuarta se deben de hacer, al menos en algún caso, demasiado cuesta arriba.
Algún día, si tengo ocasión, es decir datos, me gustaría calcular esa capacidad distractora de las cuatro respuestas erróneas, intuyo lo que comento, pero mientras tanto me quedo con las ganas.
Por cierto, ¿en el UMSLE también se dará, o habrá dado, este fenómeno?
Resumen.- Quien recomiende que ante más de tres respuestas dudosas, se marque la tres o la cuatro, mejor no, hoy eso ya no vale.
Quien redacta una pregunta para el examen piensa primero en ella, en su contenido, y a la vez en la respuesta correcta. Luego piensa en un conjunto de respuestas erróneas, que han de tener suficiente capacidad distractora de la válida que pensaron primero.
Luego las redacta definitivamente y las ordena, pues bien, ese orden ha tenido un sesgo humano de elección del mismo en los exámenes MIR hasta la convocatoria 2010/2011 en que dejó de tenerlo, el Ministerio con buen criterio aleatorizó el orden de las respuestas a partir de esa convocatoria.
En total, el redactor de cada pregunta, ha de pensar y redactar cuatro respuestas distractoras de la respuesta válida. Cuatro se me antojan demasiadas para que el redactor o redactores encuentren que tengan capacidad suficientemente distractora en el conjunto de las 235 preguntas del examen. Intento ponerme en su lugar y después de encontrar dos, la tercera y la cuarta se deben de hacer, al menos en algún caso, demasiado cuesta arriba.
Algún día, si tengo ocasión, es decir datos, me gustaría calcular esa capacidad distractora de las cuatro respuestas erróneas, intuyo lo que comento, pero mientras tanto me quedo con las ganas.
Por cierto, ¿en el UMSLE también se dará, o habrá dado, este fenómeno?
Resumen.- Quien recomiende que ante más de tres respuestas dudosas, se marque la tres o la cuatro, mejor no, hoy eso ya no vale.
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