AL HILO DE LO QUE VEO

Aunque toda lista de orden comienza por el nº 1 y termina por el último, uno a uno, este año el contenido del examen (tiempo, dificultad de algunas preguntas y facilidad de otras) determinará una distribución, interior, diferente de otros años incluido el pasado, y la forma de la misma.

Se han recortado las netas en todos los exámenes pero especialmente en los mejores hasta el P80 aproximadamente, menos proporción que años anteriores, seguramente más todavía de lo que reflejan las tablas pero no tengo datos fehacientes para ajustar más, por el momento, ese intervalo. En resumen, el año pasado el mejor examen fueron 196 netas, me temo que los mejores este año están en la decena inferior y no muchos, gran disminución hasta 160 netas aproximadamente, menor proporción también entre 160 y 140 netas.

Eso hace que la curva de distribución se desplace hacia la izquierda desde nuestra posición de observadores, pero hay una característica especial, alcanza rápido una pendiente mayor en proporción a otros años. Esa es la explicación de que sea más puntiaguda (leptocúrtica) que el año pasado y la razón por la que se manifiesta eso es, parecida proporción al año pasado de 140 a 130 netas, y progresivo aumento de proporción de 130 a 90 netas, ahí está el apelotonamiento en la corrección, parece indicar que algo más fuerte que el año pasado, especialmente de 120 a 100 netas, siendo mayor aún de 110 a 100 netas que de 120 a 110 netas, eso hará que el desplazamiento de la distribución hacia atrás, por el sesgo de corrección, traslade el apelotonamiento hacia atrás, comenzando por 95-90 netas hasta 75-70 netas aproximadamente, corriendo la distribución real hacia la izquierda.

En resumen, la distribución es claramente una radiografía de la naturaleza del examen, las preguntas muy difíciles y raras (imprevistas) y el aumento de su longitud, ha discriminado a la baja las notas buenas tradicionales, las preguntas fáciles han hecho que los resultados se apelotonen en un intervalo determinado y además no disminuyan, respecto del año anterior, en la parte baja de la distribución. Todo ello es compatible con la media y mediana que están dando las correcciones a pesar de ser diferente del año pasado, para radiografíar eso entran en acción otras formas de medir la dispersión como el espacio intercuartílico (P75-P25), la desviación típica, el coeficiente de asimetría y la curtosis.

En cuanto a la tabla del segundo ajuste, aunque no me termina de gustar del todo y la ajustaría más en su primera parte y en la central, porque una cosa es ver-intuir y otra tener datos, la voy a dejar como está por el momento, al menos por el momento.

Aún faltan las plantillas definitivas, lo lógico es que la distribución permanezca, como tal, muy parecida aunque la entrada en acción de las reservas mejore la media y mediana de netas, sería lógico pensar que lo harán, en proporción y de más a menos, los primeros más que los centrados y éstos más que los últimos.

Nota.- Creo que el examen de este año ha favorecido a los rápidos, intuitivos, resolutivos, si además tenían una buena preparación mejor, incluso práctica, pero lo ha hecho más que a la preparación sistemática y acostumbrada en sí y más aún que a la duda sistemática y tiempo para elegir la respuesta. Todo eso no ha sido así en todo el examen sino en la parte menos esperada, manteniendo una parte tradicional de contenido y dificultad. No tengo claro si esa filosofía es buena en sí misma para ordenar, ya que produce un apelotonamiento central con múltiples empates y mucha densidad de examinados en esos intervalos, ello hace movimientos de nº de orden muy poco proporcionales al resultado del examen. El baremo, a pesar de haber disminuido de peso, se encargará de resolver muchos empates y de recolocar a los iguales.

El examen MIR y su distribución de resultados, ha sido un modelo de comportamiento para su estudio, con un área de incertidumbre acotada (procedimiento, redacción y selección de preguntas, preparación durante la licenciatura, preparadores posteriores y preparación del examinando).

Cualquier cambio que se haga a ese modelo produce incertidumbre, no solo durante su realización sino también para el futuro ¿seguirá la misma tendencia? se preguntan los interesados. Un examen sin temario ha de tener acotada su área de incertidumbre, de lo contrario produce desánimo pensando que sea la suerte y no la preparación la que produce la selección, la conclusión sería una dejadez en la preparación más que una intensificación de la misma sabiendo que se premiará el esfuerzo y la capacidad, y eso no favorece a nadie. Dilema de comportamiento ¿orientamos o sorprendemos? 

El año pasado se cambió el formato del examen y el comportamiento fue extremo, por sorpresa y por dificultad, aunque menos en la primera parte de la distribución y ello permitió discriminar y por  ende también en el resto. Este año ha sido extremo pero no uniforme, muy extremo en sus efectos en la primera parte de la distribución, produciendo una discriminación diferente a la acostumbrada, un apelotonamiento en la parte central y un mantenimiento en la parte última de la distribución, hasta aquí mi reflexión.

En cuanto al acierto de las aproximaciones de nº de orden, me temo que este año las horquillas, o intervalos de nº de orden, tendrán su importancia a lo largo de toda la distribución, en unos acaso hacia mejor, primerísima parte de la distribución aproximadamente hasta el P80-P75 de netas y en otros hacia peor en los intervalos más apelotonados en los que las décimas de los baremos tendrán su importancia para situarse, y hacia atrás por los arrastres.