Tiempo de impasse entre plantillas provisionales y definitivas de respuestas correctas del examen...

Calma chicha en las muestras que ya parece que han dado de sí 
todo lo que tenían que dar, instaladas en su sesgo de corrección,

 hasta el día 24 con la publicación de las plantillas definitivas.

Nota 1.- En esta tabla llevaremos la cuenta diaria de las muestras a las 21:00 horas de cada día hasta el 23 inclusive. El día 24 subiré la tabla final del Estado de la cuestión, en su edición X. Gracias a todos por vuestra colaboración, muy especial para aquellos que se han preocupado específicamente de poner los comentarios con los datos sobre las mismas a sus horas.

Nota 2.- Dirigida a todos aquellos que durante años, y aún ahora, han soñado y sueñan con adelantar el examen. Es imposible. Esa imposibilidad se debe a que la prueba selectiva, que no oposición, es un expediente administrativo. Los expedientes administrativos necesitan ser seguros jurídicamente, es decir, necesitan dos tipos de fase de trabajo, la provisional que es la fase fundamental de trabajo y contra la que se pueden reclamar por los errores de ese trabajo (admisión provisional, plantillas provisionales, resultados provisionales, con sus baremaciones de los méritos académicos, corrección del examen, etc.) y la definitiva que es una Resolución formal administrativa del trabajo de la fase provisional (admitidos definitivos, resultados definitivos, adjudicación de plazas firmando el conforme con la tecla enter, etc.) contra la que solo se puede recurrir en Alzada o directamente ante los tribunales en los plazos correspondientes.

Para adelantar el examen y hacerlo nada más terminar la carrera habría que publicar la convocatoria el curso anterior, y no se podrían inscribir porque todavía no se ha terminado la carrera.

Los plazos actuales son insalvables, material y administrativamente insalvables.

Mientras la prueba siga siendo en papel son insalvables, solo habría manera de salvar los plazos actuales cambiando el formato en papel por un formato telemático y no me imagino la revolución logística necesaria de ordenadores y aulas para realizar unas pruebas ante computadores, uno por alumno si se hubiera de hacer todos a la vez, más de 30.000 aspirantes en total.

Para poder salvar ese obstáculo se haría necesario que el examen se pudiera hacer ante Agencias acreditadas previamente, y no me imagino que estemos preparados para asumir eso cualitativamente, pero sería cuestión de hacer números, es decir, cuantitativamente, y a lo mejor salen, lo que gastamos por aquí lo ahorramos por allá.

Ese formato serviría para que el modelo actual adelantara todo el tiempo de corrección del examen que dura dos meses, porque el cálculo del baremo no hay manera de adelantarlo, y el del proceso de inscripción y admisión tampoco.

La otra ventaja que tendría el hacerlo ante Agencias acreditadas, sería el que se pudieran hacer las pruebas con test personalizados y por lo tanto no necesariamente a la vez en el tiempo, y ese modelo si que, además de acortar tiempos, permitiría derivar a una doble elección de la plaza por parte del aspirante y por parte del centro de formación, tal y como comenta el autor del artículo de opinión del que me hacia eco entradas atrás, que es como funcionan en USA con el USML.

A ver que piensan y dicen los aspirantes, ¿queréis hacer la ruta de hospital en hospital para que no seáis vosotros, con vuestro nº de orden los que elijan el centro donde formaros sino que es el centro el que decida in extremis si tu haces o no la especialidad que quieres y en ese hospital?

La prueba la impulsó el entonces INP del que dependían buena parte de los hospitales, y que después se convirtió en INSALUD, y que hoy denominamos SNS integrando en esas siglas a todos los Servicios de Salud públicos y a los centros privados, y lógicamente lo que quería el INSALUD era una única prueba, no mil pruebas, de ahí el que fuera nacional, y que fuera lo más eficiente posible, es decir, objetiva, que es lo mismo que decir medible mediante normas previas establecidas, no necesariamente perfecta porque eso es una opinión subjetiva de cada cual, y sobre todo que fuera al menor coste posible y de una tacada, una vez al año.

Con los cambios políticos habidos en el país, el INSALUD se fue transfiriendo a las diversas CCAA cada una con su Servicio de Salud. Los Ministerios de Sanidad y de Educación se quedaron con la gestión y coordinación de las pruebas y de la formación, pero no nos olvidemos que los diferentes Servicios de Salud forman parte del denominado SNS, que es realmente quien oferta las plazas de formación porque las paga, sin ocuparse de la selección de los aspirantes. 

Prueba objetiva, de la que se pueden medir sus resultados y se pueden recurrir los mismos, es decir transparente, y además eficiente, es decir lo más económica posible. La perfección es una aspiración, una tendencia, una dirección con sentido, no un estado adquirido y permanente en el que uno se instala. 

Hasta hoy conseguidos los objetivos, ¿cambiamos el sistema por otro después de haber profesionalizado y aislado de influencias la selección de los aspirantes, o dedicamos todas las fuerzas posibles a mejorar la formación durante la residencia?

¿Se han pronunciado las Sociedades de cada especialidad que se encargan de los programas formativos y el Consejo Nacional de las mismas, presidido por cierto por un catedrático, sobre la encomienda  del MIR a la universidad, pero del MIR MIR, que no es solo la selección sino la formación?

¿En qué hospitales se haría la formación, en los Clínicos, o acaso convertimos a todos los hospitales en universitarios, previa acreditación por la universidad correspondiente, y se instalan allí los programas formativos que decidan las universidades, y también los profesores de la facultad?

Me temo que más bien será al revés tal y como comienza a pasar cada día con más frecuencia. Los Jefes de Servicio de esos hospitales sacan cada vez más cátedras por acreditación y/o por oposición. ¿Cambian ellos de opinión una vez son catedráticos sobre quien debe de dar el postgrado MIR?

¿Es ese el problema, o lo es la necesidad de hacer una prueba selectiva para poder elegir especialidad?... porque si fuera ese el problema está fácil, cada promoción de cada facultad sale con el título de especialista de bajo del brazo, pero... ¿de qué especialidad?... ¿quién la elige, el alumno o los profesores?... si la ha de elegir el alumno, ¿cómo la elige?... ¿sería obligatorio elegir una especialidad?... ¿qué pasaría si no la elige porque no quiere lo que le queda?... ¿podría presentarse a una repesca?... ¿cada facultad ofertaría y daría todas las especialidades?... ¿quién pagaría todas las plazas?... ¿qué tipo de relación laboral y/o formativa se regularía?... ¿recibirían salario los residentes o por el contrario habrían de pagar matrícula por la formación?...

Demasiadas preguntas para encontrar respuestas... me parece a mi.

Por cierto, aquellos aspirantes que se quejan de la aleatoridad en el MIR, que la hay y se puede medir, y no toda la variabilidad que se da es aleatoria, deberían de saber que la variabilidad, incluida la aleatoria, sería mayor, mucho mayor, si se realizara el examen antes de prepararse el MIR que después.

¡Acaso no recuerdan los resultados que se obtienen en el primer simulacro de examen, ese que hacen al principio de la preparación, generalmente con el examen MIR del año anterior?

Eso si que es variabilidad, de la gorda oiga. Y no digo nada si la comparo con el expediente académico de cada uno de ellos, la pera limonera para encontrar una correlación. Y es que el MIR, el examen MIR, es un gran desconocido como prueba, como naturaleza de instrumento de medición de lo que pretende medir. Y la preparación, los resultados de la preparación y su variabilidad, no digamos lo desconocida que es.

Porque tiene narices que teniendo la repercusión social que tiene el MIR, no haya sido sometido a las pruebas métricas correspondientes, y si se somete internamente, no se hacen públicas. Porque no le quepa duda a los Ministerios de Sanidad y de Educación, como responsables, y a todos los interesados, que lo que entiendo que hay que hacer es centrar el debate en el examen técnico del examen, porque si no saldrán los discursos cualitativos, cada vez más numerosos, aquellos que discuten de raíz, en parte o en su totalidad, su conveniencia, con mejor o peor intención. La manera de salvar la cara de la prueba frente a esos discurso es aplicarle la TRI y ver lo que sale, y publicarlo, para cada pregunta del examen, y para el examen en su conjunto.

Cada pregunta con las gráficas de su función de probabilidad, de su función de información y con su diagrama de barras, cada respuesta en su color, y la función de información de todo el examen, eso y unas tablas con los datos cuantitativos, y además un informe cualitativo de las preguntas por bloques, señalando las deficiencias y las propuestas de mejora.

Seguro que pasaba la prueba del algodón. Hoy no puede ser de otra manera en la sociedad que vivimos, opiniones cualitativas que están en su derecho, desconociendo o no, que este tipo de pruebas tienen toda una realidad académica con su literatura científica detrás, por cierto universitaria, como no podía ser menos, para su evaluación y calibración. 

Tomen nota los Ministerios de Sanidad y Educación, porque son los dos, en mancomún, legalmente los gestores, no solo de la prueba de selección, sino de su seguimiento junto con las Sociedades médicas de cada especialidad, hasta llegar a la expedición del título oficial de especialista, que lo da el Ministerio de Educación, en un sistema normativo previsto en las leyes, como no podía ser de otra manera, para su validez oficial académica y de ejercicio profesional.

Así que yo erre que erre, el debate cualitativo para ustedes, pero les recuerdo que existen las herramientas cuantitativas para evaluar su fiabilidad y saber si el instrumento de medida mide lo que los cualitativistas digan que hay que medir, que ya está dicho, por cierto, en la Ley 44/2003 de profesiones sanitarias, que es la que manda, mientras no se cambie claro.

Yo entiendo que a la universidad le gustara más la ley de especialización de 1950 en la que tenía más arte y parte, pero la realidad ha sido la que ha sido, la oferta de plazas de formación en las únicas Escuelas universitarias vigentes con especialidad MIR se acaban al año que viene, ¿saben ustedes si han adaptado sus plazas que ofertaban estos años a su demanda real? ¡Se cubrieran o no, han estado ofertando las mismas durante años!, con la excepción de la Escuela de medicina deportiva de la universidad de Oviedo que este año no ha ofertado ninguna de las 25 que estuvo ofertando durante años, y en esa cifra siguen otras imperturbables a la realidad de la demanda. Curiosamente en vísperas de desaparecer como especialidad MIR siguen igual.

Seguramente no soy la persona más indicada para opinar, pero sobre este tema un día escribí esto, que puedes ver y leer aquí.