Baremos académicos y respuestas netas de examen,
MIRes 2009/2010-2010/2011-2011/2012-2012/2013
Baremos académicos y respuestas netas de examen,
MIRes 2005/2006-2006/2007-2007/2008-2008/2009
Baremos académicos y respuestas netas de examen,
MIRes 2001/2002-2002/2003-2003/2004-2004/2005
Esa tasa tuvo su evolución desde las convocatorias de 1995/1996 con el 110,76% y su momento álgido se produjo en la convocatoria 2003/2004 con el 132,59%. A partir de ahí, esa tasa, ha ido fluctuando hasta el 103,51% del pasado MIR.
La tensión selectiva siempre estuvo en la prueba, se llaman pruebas selectivas en la propia convocatoria. Anteriormente era de su natural, por el desequilibrio entre oferta y demanda. Ahora, al perderse ese equilibrio, se ha instalado de forma diferente. El conocimiento de la distribución de los partícipes, desagregada en subconjuntos, lo pedía a gritos. Cuando se reguló esa posibilidad en la DTQ del RD 183/2008 nadie dijo nada porque durante unos años, la posibilidad de fijar una nota de corte, solo se hizo fijando en cada convocatoria que era suficiente obtener en el examen nota positiva para obtener nº de orden.
Antes de su regulación se llegaron a dar casos de asignación de plazas con nota negativa de examen que obtenían nº de orden. Más aún, hubo presentados al examen que se permitían el lujo de ir y no contestar ninguna pregunta adrede, sabiendo que obtendrían nº de orden y tendrían opción a elegir plaza sin preparar el examen. Ello era posible por el fenómeno de la demanda selectiva. Esa posibilidad de elegir plaza con nota negativa, o cero, fue objeto de mofa pública.
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Nota 1.- Las gráficas están realizadas a escala, y van por orden de más antiguos a menos.
En azul figura la distribución de los examinados con nota positiva extranjeros y en rojo la de los españoles, en verde la suma de ambos, de tal manera que de un golpe de vista se pueden ver dos fenómenos, por secuencias, su participación y su distribución, de baremos y de resultados.
En azul figura la distribución de los examinados con nota positiva extranjeros y en rojo la de los españoles, en verde la suma de ambos, de tal manera que de un golpe de vista se pueden ver dos fenómenos, por secuencias, su participación y su distribución, de baremos y de resultados.
La participación de los extranjeros en la prueba MIR comenzó el decenio pasado siendo meramente testimonial. Sube ligeramente los tres años primeros del mismo conforme disminuyen los españoles en la prueba como consecuencia de la persistencia de no ajustar el numerus clausus desde el decenio de los ochenta y de la metabolización del exceso de producción de médicos de los sesenta-setenta a partir de 1995/1996.
A partir del 2004/2005 se nota un repunte por las mismas causas teniendo un incremento significativo en el MIR 2006/2007 como consecuencia de quedar desiertas 87 plazas en el MIR anterior.
A partir de ahí el aumento es exponencial porque siguen quedando plazas desiertas al presentarse suficientes médicos españoles. En la convocatoria 2007/2008 se liberó de la afección del cupo a los SIT 4 durante tres años seguidos, sin mayor cambio normativo que su anuncio en la convocatoria. Al momento álgido de concurrencia de extranjeros a la prueba se llega en el MIR 2009/2010, el siguiente MIR los SIT 4 vuelven a la afección del cupo, se habían superado todos los límites. Los partícipes extranjeros habían llegado a ser más del 45% de los inscritos y la crisis económica anunciaba nubarrones en el horizonte.
A partir de ahí el aumento es exponencial porque siguen quedando plazas desiertas al presentarse suficientes médicos españoles. En la convocatoria 2007/2008 se liberó de la afección del cupo a los SIT 4 durante tres años seguidos, sin mayor cambio normativo que su anuncio en la convocatoria. Al momento álgido de concurrencia de extranjeros a la prueba se llega en el MIR 2009/2010, el siguiente MIR los SIT 4 vuelven a la afección del cupo, se habían superado todos los límites. Los partícipes extranjeros habían llegado a ser más del 45% de los inscritos y la crisis económica anunciaba nubarrones en el horizonte.
Entre medio de ese tobogán, una o varias mentes lúcidas en el Ministerio habían visto y analizado el problema, y pergeñaron la posibilidad de establecer una serie de modulaciones que permitieran poder adaptarse a los cambios en cada convocatoria, sin tener que pasar por la improvisación de la convocatoria del 2007/2008 en la que se ven obligados a liberar del cupo a los SIT 4 sin cambio normativo previo, y por tanto de dudosa legalidad (esa desafección, como se ha dicho, duró tres MIRes apoyada sin más porque seguían quedando plazas desiertas de las ofertadas).
Esa posibilidad que menciono en el párrafo anterior, y que denomino modulaciones, se arbitra en primer lugar en el año 2008 en la disposición transitoria quinta (DTQ) del RD 183/2008, llamado de formación, modificando parte del contenido de la vieja Orden de 27 de junio de 1989 que todavía sigue en vigor a pesar de sus múltiples retoques. En esa DTQ se introducen de una tacada una serie de cambios en el formato de la prueba, entre otros la posibilidad de establecer en cada convocatoria una nota de corte para obtener nº de orden, con un mínimo de nota positiva y sin límite máximo para la misma.
Solo faltaba disponer de la posibilidad de ajustar a la baja, en cada convocatoria, el máximo establecido en el 10% de las plazas para el cupo de extranjeros, y el poder realizar un segundo llamamiento de asignación de plazas caso de quedar plazas desiertas en el primero. Eso llega en 2010 con la Orden SAS/2158/2010, junto a otros cambios en el formato de la prueba.
Solo faltaba disponer de la posibilidad de ajustar a la baja, en cada convocatoria, el máximo establecido en el 10% de las plazas para el cupo de extranjeros, y el poder realizar un segundo llamamiento de asignación de plazas caso de quedar plazas desiertas en el primero. Eso llega en 2010 con la Orden SAS/2158/2010, junto a otros cambios en el formato de la prueba.
Las modulaciones no son limitaciones directas de la libre concurrencia (habría que cambiar el art. 22 de la ley 44/2003) sino que, sin limitarla en la inscripción, admisión, y presentación al examen, se aprovechan normas de rango intermedio entre la ley y la convocatoria, para establecer la posibilidad de regular (modular) en cada convocatoria. Eso evita tener que modificar previamente el marco legislativo. En cada convocatoria dentro de unos límites, se podría modular según las circunstancias, la nota de corte y el cupo, además de ejecutar un segundo llamamiento para el caso de quedar plazas desiertas en el primero. En legislación aparte se ha establecido el turno de discapacitados con una reserva máxima del 7% de las plazas, que caso de no cubrirse se incorporan al turno general.
Esa tasa tuvo su evolución desde las convocatorias de 1995/1996 con el 110,76% y su momento álgido se produjo en la convocatoria 2003/2004 con el 132,59%. A partir de ahí, esa tasa, ha ido fluctuando hasta el 103,51% del pasado MIR.
La tensión selectiva siempre estuvo en la prueba, se llaman pruebas selectivas en la propia convocatoria. Anteriormente era de su natural, por el desequilibrio entre oferta y demanda. Ahora, al perderse ese equilibrio, se ha instalado de forma diferente. El conocimiento de la distribución de los partícipes, desagregada en subconjuntos, lo pedía a gritos. Cuando se reguló esa posibilidad en la DTQ del RD 183/2008 nadie dijo nada porque durante unos años, la posibilidad de fijar una nota de corte, solo se hizo fijando en cada convocatoria que era suficiente obtener en el examen nota positiva para obtener nº de orden.
Antes de su regulación se llegaron a dar casos de asignación de plazas con nota negativa de examen que obtenían nº de orden. Más aún, hubo presentados al examen que se permitían el lujo de ir y no contestar ninguna pregunta adrede, sabiendo que obtendrían nº de orden y tendrían opción a elegir plaza sin preparar el examen. Ello era posible por el fenómeno de la demanda selectiva. Esa posibilidad de elegir plaza con nota negativa, o cero, fue objeto de mofa pública.
El año pasado la nota de corte se estableció en el 30% de la nota media de los diez mejores exámenes, y el % del cupo se moduló al 8% del total de las plazas ofertadas. Las modulaciones no son nada más que un intento de adaptarse a las circunstancias en cada convocatoria sin tener que cambiar el marco legislativo. El propio numerus clausus es también una modulación. Así mismo lo es la nota de corte, que curiosamente no es otra cosa que un intento de convivir con una curiosa paradoja que se da en el MIR.
La paradoja es el "derecho" no regulado de los recién egresados a especializarse, teniendo en frente la "obligación" regulada de especializarse para poder ejercer de médicos en el SNS desde 1995, siendo a la vez la prueba, de libre concurrencia. No se contempló en su origen regular ese derecho, ni en sus modificaciones posteriores, ni tampoco como regular los posibles desequilibrios de la oferta y demanda, como si fuera a durar para siempre la plétora de producción de médicos.
La paradoja es el "derecho" no regulado de los recién egresados a especializarse, teniendo en frente la "obligación" regulada de especializarse para poder ejercer de médicos en el SNS desde 1995, siendo a la vez la prueba, de libre concurrencia. No se contempló en su origen regular ese derecho, ni en sus modificaciones posteriores, ni tampoco como regular los posibles desequilibrios de la oferta y demanda, como si fuera a durar para siempre la plétora de producción de médicos.
Ese "derecho" a especializarse, que es en realidad una "obligación", no está reconocido como tal derecho en ninguna norma, de ahí aquel célebre eslogan "6=0" que fue la manifestación palpable de esa paradoja.
Las modulaciones no son nada más que un intento de que esa desigualdad se convierta en la mayor parte de los casos en una igualdad (6+1+"4 ó 5=11 ó 12"), aunque no exista como derecho legislado. Por cierto, que yo sepa, nadie ha reclamado expresamente nunca su legislación y regulación como tal, y su implantación a través de las facultades de Medicina no debe de ser fácil.
La especialización médica se reguló a mitad del decenio de los cincuenta para cursarse de forma voluntaria y a través de escuelas universitarias, de las que todavía quedan tres (Hidrología, Forense, y Deporte). Con el paso del tiempo se encomendó esa formación a las Sociedades Médicas a través del SNS. La selección de los aspirantes se encomendó a los ministerios de Sanidad y Educación a través de una prueba de libre concurrencia, única, anual y nacional. Esa y no otra es la razón de la dificultad de establecer el continuo grado-postgrado en su relación 1:1. El numerus clausus depende de las universidades que a su vez dependen de las CCAA, y la oferta de plazas MIR depende de las CCAA. A los ministerios de Educación y Sanidad les corresponde su coordinación, pero no son responsables directos de su decisión.
Tiene razón el presidente del CEEM en oponerse a la nota de corte, pero no tiene razones normativas en las que apoyarse, mientras la prueba sea única y de libre concurrencia.
El poder legislativo fue incapaz de prever el desajuste de la oferta y la demanda, donde no tiene cabida el continuo grado-postgrado, haciendo 1:1 el ajuste teórico del numerus clausus y la oferta de plazas de especialización. No mientras sea una prueba de libre concurrencia. Eso a pesar de que la ley 44/2003 que regula la prueba en su art. 22, es muy posterior a la obligación establecida en 1995 de ser necesario ser especialista para trabajar en el SNS. Nadie previó eso.
Ni la ley 44/2003 de las profesiones sanitarias, ni la ley de Educación, legislan el continuo grado-postgrado como obligatorio, por lo tanto no hay causa para regularlo en base a las mismas. Por eso, siendo de sentido común ese continuo, y ya que a las universidades no se les encomendó el postgrado MIR para que lo hicieran posible sin una prueba, han sido precisamente las modulaciones establecidas las que vienen a apoyarlo indirectamente, priorizando sus derechos.
Esa contradicción no permite, hagan lo que hagan, igualar el índice de numerus clausus y oferta de plazas a ese ideal teórico 1:1 mientras el MIR siga siendo una prueba de libre concurrencia en la que hacen falta más de dos inscritos por plaza para que no queden plazas desiertas. Como es más fácil regular (modular) que legislar (dictar previa discusión parlamentaria) se optó por regular. Eso se hizo en 2008 y en 2010, y se realizó como una posibilidad de modularlo en cada convocatoria, para no estar prisioneros de cambiar el marco legislativo cada año. Esa regulación del 2008 y del 2010 ha venido como anillo al dedo, de ahí el comentario de lucidez, porque se hizo justo en un momento en que los datos indicaban lo contrario. Todo iba a cambiar en poco tiempo y se previó.
Por eso la nota de corte es un mal menor necesario para la obtención de nº de orden que permite poder optar a elegir plaza. Cierto que puede perjudicar a un % de los recién egresados, pero ese % tiende a ser pequeño, ya que eso se sabe del estudio de la distribución de resultados, pero evidentemente no garantiza a todos los recién egresados esa continuidad grado-postgrado.
Si bien nunca estuvo garantizada esa continuidad, esa paradoja se enquista desde 1995 en que la prueba se deviene en obligatoria para el ejercicio profesional en el SNS. Solo que parece que se haya manifestado ahora, al comenzar a desajustarse las plazas y el numerus clausus en sentido contrario al ocurrido hasta el momento. Tal y como están las cosas, parece que lo hará más en años sucesivos. Más egresados y menos plazas, hasta que se crucen las líneas tal y como como dijo el presidente del CEEM hace poco en una entrevista.
En una entrada en el blog al respecto del caso, manifesté que el ajuste del numerus clausus debió de comenzar a hacerse diez años antes de lo que se hizo, exactamente en 1995/1996 y se hubiera evitado el desbarajuste que vino después. Se ha llegado a tener que homologar, en un decenio, a más titulados extranjeros que españoles egresaron de sus facultades en ese período, y nadie clamó por ello, ni se hizo nada. No se ajustó el numerus clausus entonces, y se comenzó a hacer diez años más tarde. Si se hubiera ajustado entonces se hubiera evitado el cruce de líneas que comenta el presidente del CEEM, porque las líneas según la gráfica justo hubieran sido paralelas si el ajuste hubiera comenzado en 1995/1996, poco a poco, cada curso.
Claro que alguien puede pensar con razón que a tiro pasado se ve fácil. Lo difícil es hacerlo antes, con tiempo suficiente acorde con un decalaje de al menos seis años. La prueba es que no se hizo.
Solo me gustaría saber si existía alguien que tuviera eso encomendado y si lo intentó. Y ya puestos, aún me gustaría más saber si hay alguien hoy que tiene ese encargo encomendado, y que datos y herramientas utiliza para tratar de conseguir el equilibrio, que nunca puede ser 1:1 de producción de médicos y de oferta de plazas MIR. Porque eso es un imposible ontológico en una prueba de libre concurrencia donde a priori no puedes controlar la demanda. De ahí que la ansiada búsqueda del equilibrio se ha de producir por otros medios que siempre serán indirectos. Las modulaciones son un ejemplo.
Nota 2.- Las visitas de este blog, curiosamente, se reparten aproximadamente al 50% entre los aspirantes al numerus clausus, a los que dedico esta entrada que actualizo diariamente durante la campaña, y los aspirantes al MIR, a los que he dedicado miles de entradas en varias campañas. Los aspirantes a entrar en el numerus clausus también viven una paradoja, quieren más plazas antes de entrar, y quieren que se limiten una vez que han entrado. El difícil reto del equilibrio, ¿o acaso es otra cosa?.
Al estudio de esas paradojas me he dedicado por azar, ya que mi profesión, la ingeniería rural, nada tiene que ver. Eso ha ocurrido desde finales del año 2005, y espero y deseo que algún día termine porque no haga falta. O tal vez termine siendo por alguna otra razón, porque esas paradojas son de difícil solución. No lo he hecho por afán de servicio, ni por vocación asistencial, simplemente ha sido un reto. Un reto de una sola persona exponiéndose en público, sin disponer de datos ni de presupuesto para ello, examinándose cada día, desgraciadamente sin competencia.
Esta es la cruda realidad y, no nos engañemos, su extrema debilidad. Sin datos no puede haber blog, y yo ya no dispongo de más datos. Me temo que difícilmente después de este año tendré oportunidad de tenerlos para hacer lo que he hecho hasta ahora si no me dejo pelos por las gateras. Pero quedan otras cosas por estudiar de la prueba y, tal vez a esos datos se pueda acceder de otra forma, una forma institucional. A eso precisamente me quiero dedicar ahora que me acabo de jubilar, de entrada cursando un máster que tiene que ver con ello, y después ya veremos.
Mientras podía más el reto que otra cosa, me arreglé como pude. Pero no me quiero convertir en un limosnero, a través de intermediarios como si me hicieran un favor. Lo he sido durante dos épocas netamente diferenciadas, y eso no ha terminado de resultar, así que se acabó. A mi también me gustaría disponer de los datos directamente en la web para poder trabajarlos, al igual que a otros, y esa idea solo redundaría en beneficios para la prueba. Pero más bien he de suponer que será su custodio quien los trabajará y publicará. Por sí mismo, o a través de algún departamento universitario mediante convenio, o bien por contrata con empresa consultora, tal y como ha venido haciendo.
No hace mucho un profesor universitario, en una publicación al uso, decía que casi no había encontrado nada publicado sobre el MIR como referencia bibliográfica, y aún menos sobre los números de la prueba. Para la comunidad científica todo lo que se publica fuera de sus revistas, fuera de su metodología, no existe, no existe como ciencia y por tanto simplemente no existe. Alguien muy apreciado por mí me hizo llegar esa perla. Confieso que estoy muy agradecido a los dos, a quien me la hizo llegar y al autor, he aprendido mucho de ambos. Si no publicas en revistas al uso, no existes.
Nota 3.- A cualquier lector avispado que me siga desde hace un tiempo, y me lea entre líneas, no se le pasará por alto que algunas heridas me supuran, supongo que las que me he ido dejando por las gateras. Esta entrada es una especie de despedida de curso y de tema, por esa razón estos días pasados he subido, deprisa y corriendo, la colección de tablas que creía que me faltaban por hacer. No me gusta dejar las cosas sin terminar. Aquí quedan doce años de MIR, si bien es verdad que lo más preciado para mí, me lo he guardado. No sé lo que pasará en el futuro, no lo supe nunca, solo puedo decir que intentaré seguir con el MIR pero de otra forma, y no sé si será posible o no, dependerá de los datos, de que disponga de los datos precisos, mucho más que de mi.
Nota 4 editada el día 11/10/2013 más de un mes después de la entrada.- ¿A qué achaco lo que he venido a denominar la ley de silencio hacia este blog, en otra entrada del mismo, por parte de los medios y de los jardineros del jardín? Muy sencillo, hasta hace bien poco, sobre la demografía médica, solo me interesaba lo que denomino Nn, es decir los electores de la distribución de cada año, pero un día fui invitado al estudio de una parte de la misma, la demografía MIR.
Como siempre pasa cuando me encomiendan algo, intenté llegar al fondo de la cuestión, en un principio me quedé en lo más fácil, el decenio del que tenía datos, el último, pero por fin estiré hasta los orígenes, busqué donde pude. De los números encontrados y analizados, ha resultado que nuestros discursos no coinciden. No ha habido pie para el debate y la refutación, solo la publicación de puntos de vista en los medios por su parte, y por la mía solo la publicación de entradas y tablas en el blog. Tal vez con eso sea suficiente, yo no represento a nadie, y ellos sí.
Es evidente que puedo estar equivocado, pero he mostrado los números trabajados y el discurso. Ellos solo han opuesto un discurso, un discurso que por cierto pensé que era único, pero no, no lo es a pesar de haberlo intentado por activa y por pasiva. Al menos diferentes discursos expresados a la vista de la oferta de plazas en esta convocatoria MIR 2013/2014.
La especialización médica se reguló a mitad del decenio de los cincuenta para cursarse de forma voluntaria y a través de escuelas universitarias, de las que todavía quedan tres (Hidrología, Forense, y Deporte). Con el paso del tiempo se encomendó esa formación a las Sociedades Médicas a través del SNS. La selección de los aspirantes se encomendó a los ministerios de Sanidad y Educación a través de una prueba de libre concurrencia, única, anual y nacional. Esa y no otra es la razón de la dificultad de establecer el continuo grado-postgrado en su relación 1:1. El numerus clausus depende de las universidades que a su vez dependen de las CCAA, y la oferta de plazas MIR depende de las CCAA. A los ministerios de Educación y Sanidad les corresponde su coordinación, pero no son responsables directos de su decisión.
Tiene razón el presidente del CEEM en oponerse a la nota de corte, pero no tiene razones normativas en las que apoyarse, mientras la prueba sea única y de libre concurrencia.
El poder legislativo fue incapaz de prever el desajuste de la oferta y la demanda, donde no tiene cabida el continuo grado-postgrado, haciendo 1:1 el ajuste teórico del numerus clausus y la oferta de plazas de especialización. No mientras sea una prueba de libre concurrencia. Eso a pesar de que la ley 44/2003 que regula la prueba en su art. 22, es muy posterior a la obligación establecida en 1995 de ser necesario ser especialista para trabajar en el SNS. Nadie previó eso.
Ni la ley 44/2003 de las profesiones sanitarias, ni la ley de Educación, legislan el continuo grado-postgrado como obligatorio, por lo tanto no hay causa para regularlo en base a las mismas. Por eso, siendo de sentido común ese continuo, y ya que a las universidades no se les encomendó el postgrado MIR para que lo hicieran posible sin una prueba, han sido precisamente las modulaciones establecidas las que vienen a apoyarlo indirectamente, priorizando sus derechos.
Esa contradicción no permite, hagan lo que hagan, igualar el índice de numerus clausus y oferta de plazas a ese ideal teórico 1:1 mientras el MIR siga siendo una prueba de libre concurrencia en la que hacen falta más de dos inscritos por plaza para que no queden plazas desiertas. Como es más fácil regular (modular) que legislar (dictar previa discusión parlamentaria) se optó por regular. Eso se hizo en 2008 y en 2010, y se realizó como una posibilidad de modularlo en cada convocatoria, para no estar prisioneros de cambiar el marco legislativo cada año. Esa regulación del 2008 y del 2010 ha venido como anillo al dedo, de ahí el comentario de lucidez, porque se hizo justo en un momento en que los datos indicaban lo contrario. Todo iba a cambiar en poco tiempo y se previó.
Por eso la nota de corte es un mal menor necesario para la obtención de nº de orden que permite poder optar a elegir plaza. Cierto que puede perjudicar a un % de los recién egresados, pero ese % tiende a ser pequeño, ya que eso se sabe del estudio de la distribución de resultados, pero evidentemente no garantiza a todos los recién egresados esa continuidad grado-postgrado.
Si bien nunca estuvo garantizada esa continuidad, esa paradoja se enquista desde 1995 en que la prueba se deviene en obligatoria para el ejercicio profesional en el SNS. Solo que parece que se haya manifestado ahora, al comenzar a desajustarse las plazas y el numerus clausus en sentido contrario al ocurrido hasta el momento. Tal y como están las cosas, parece que lo hará más en años sucesivos. Más egresados y menos plazas, hasta que se crucen las líneas tal y como como dijo el presidente del CEEM hace poco en una entrevista.
En una entrada en el blog al respecto del caso, manifesté que el ajuste del numerus clausus debió de comenzar a hacerse diez años antes de lo que se hizo, exactamente en 1995/1996 y se hubiera evitado el desbarajuste que vino después. Se ha llegado a tener que homologar, en un decenio, a más titulados extranjeros que españoles egresaron de sus facultades en ese período, y nadie clamó por ello, ni se hizo nada. No se ajustó el numerus clausus entonces, y se comenzó a hacer diez años más tarde. Si se hubiera ajustado entonces se hubiera evitado el cruce de líneas que comenta el presidente del CEEM, porque las líneas según la gráfica justo hubieran sido paralelas si el ajuste hubiera comenzado en 1995/1996, poco a poco, cada curso.
Claro que alguien puede pensar con razón que a tiro pasado se ve fácil. Lo difícil es hacerlo antes, con tiempo suficiente acorde con un decalaje de al menos seis años. La prueba es que no se hizo.
Solo me gustaría saber si existía alguien que tuviera eso encomendado y si lo intentó. Y ya puestos, aún me gustaría más saber si hay alguien hoy que tiene ese encargo encomendado, y que datos y herramientas utiliza para tratar de conseguir el equilibrio, que nunca puede ser 1:1 de producción de médicos y de oferta de plazas MIR. Porque eso es un imposible ontológico en una prueba de libre concurrencia donde a priori no puedes controlar la demanda. De ahí que la ansiada búsqueda del equilibrio se ha de producir por otros medios que siempre serán indirectos. Las modulaciones son un ejemplo.
Nota 2.- Las visitas de este blog, curiosamente, se reparten aproximadamente al 50% entre los aspirantes al numerus clausus, a los que dedico esta entrada que actualizo diariamente durante la campaña, y los aspirantes al MIR, a los que he dedicado miles de entradas en varias campañas. Los aspirantes a entrar en el numerus clausus también viven una paradoja, quieren más plazas antes de entrar, y quieren que se limiten una vez que han entrado. El difícil reto del equilibrio, ¿o acaso es otra cosa?.
Al estudio de esas paradojas me he dedicado por azar, ya que mi profesión, la ingeniería rural, nada tiene que ver. Eso ha ocurrido desde finales del año 2005, y espero y deseo que algún día termine porque no haga falta. O tal vez termine siendo por alguna otra razón, porque esas paradojas son de difícil solución. No lo he hecho por afán de servicio, ni por vocación asistencial, simplemente ha sido un reto. Un reto de una sola persona exponiéndose en público, sin disponer de datos ni de presupuesto para ello, examinándose cada día, desgraciadamente sin competencia.
Esta es la cruda realidad y, no nos engañemos, su extrema debilidad. Sin datos no puede haber blog, y yo ya no dispongo de más datos. Me temo que difícilmente después de este año tendré oportunidad de tenerlos para hacer lo que he hecho hasta ahora si no me dejo pelos por las gateras. Pero quedan otras cosas por estudiar de la prueba y, tal vez a esos datos se pueda acceder de otra forma, una forma institucional. A eso precisamente me quiero dedicar ahora que me acabo de jubilar, de entrada cursando un máster que tiene que ver con ello, y después ya veremos.
Mientras podía más el reto que otra cosa, me arreglé como pude. Pero no me quiero convertir en un limosnero, a través de intermediarios como si me hicieran un favor. Lo he sido durante dos épocas netamente diferenciadas, y eso no ha terminado de resultar, así que se acabó. A mi también me gustaría disponer de los datos directamente en la web para poder trabajarlos, al igual que a otros, y esa idea solo redundaría en beneficios para la prueba. Pero más bien he de suponer que será su custodio quien los trabajará y publicará. Por sí mismo, o a través de algún departamento universitario mediante convenio, o bien por contrata con empresa consultora, tal y como ha venido haciendo.
No hace mucho un profesor universitario, en una publicación al uso, decía que casi no había encontrado nada publicado sobre el MIR como referencia bibliográfica, y aún menos sobre los números de la prueba. Para la comunidad científica todo lo que se publica fuera de sus revistas, fuera de su metodología, no existe, no existe como ciencia y por tanto simplemente no existe. Alguien muy apreciado por mí me hizo llegar esa perla. Confieso que estoy muy agradecido a los dos, a quien me la hizo llegar y al autor, he aprendido mucho de ambos. Si no publicas en revistas al uso, no existes.
Nota 3.- A cualquier lector avispado que me siga desde hace un tiempo, y me lea entre líneas, no se le pasará por alto que algunas heridas me supuran, supongo que las que me he ido dejando por las gateras. Esta entrada es una especie de despedida de curso y de tema, por esa razón estos días pasados he subido, deprisa y corriendo, la colección de tablas que creía que me faltaban por hacer. No me gusta dejar las cosas sin terminar. Aquí quedan doce años de MIR, si bien es verdad que lo más preciado para mí, me lo he guardado. No sé lo que pasará en el futuro, no lo supe nunca, solo puedo decir que intentaré seguir con el MIR pero de otra forma, y no sé si será posible o no, dependerá de los datos, de que disponga de los datos precisos, mucho más que de mi.
Nota 4 editada el día 11/10/2013 más de un mes después de la entrada.- ¿A qué achaco lo que he venido a denominar la ley de silencio hacia este blog, en otra entrada del mismo, por parte de los medios y de los jardineros del jardín? Muy sencillo, hasta hace bien poco, sobre la demografía médica, solo me interesaba lo que denomino Nn, es decir los electores de la distribución de cada año, pero un día fui invitado al estudio de una parte de la misma, la demografía MIR.
Como siempre pasa cuando me encomiendan algo, intenté llegar al fondo de la cuestión, en un principio me quedé en lo más fácil, el decenio del que tenía datos, el último, pero por fin estiré hasta los orígenes, busqué donde pude. De los números encontrados y analizados, ha resultado que nuestros discursos no coinciden. No ha habido pie para el debate y la refutación, solo la publicación de puntos de vista en los medios por su parte, y por la mía solo la publicación de entradas y tablas en el blog. Tal vez con eso sea suficiente, yo no represento a nadie, y ellos sí.
Es evidente que puedo estar equivocado, pero he mostrado los números trabajados y el discurso. Ellos solo han opuesto un discurso, un discurso que por cierto pensé que era único, pero no, no lo es a pesar de haberlo intentado por activa y por pasiva. Al menos diferentes discursos expresados a la vista de la oferta de plazas en esta convocatoria MIR 2013/2014.
Buenas tardes, José María
ResponderEliminarSoy médico residente en Andalucia y actualmente me encuentro con grandes dudas en cuanto si se deben hacer cursos de expertos y master durante la residencia. Tengo entendido que durante todos estos años este tipo de formación (realizado durante la residencia) ha contado para el baremo de la bolsa unica del SAS pero que en la ultima bolsa de octubre de 2012 los master y expertos realizados durante la residencia no baremo para bolsa.
Entonces mi pregunta es, actualmente los master y cursos expertos cuentan para el baremo de la bolsa unica del SAS?
Me he puesto en contacto con Consejeria de Salud, pero como ya imaginará no me han resuelto nada.
Le pregunto a ústed porque seguró que sabe más del tema que la propia Administración!!
Un saludo y gracias de antemano.
Mira a ver aquí:
Eliminarhttp://simeg.org/asesoria-juridica/normativa-sas/