Llevo el alma en los ojos
atenta a cualquier resquicio de luz.
Diría que soy igual que un caballo
desbocado atrapando la existencia.
Nada me calma.
Vivir es una frenética carrera
abocada al ágil, fiero desenfreno,
cuya cruenta detención sólo la ejerce
el cotidiano, fulminante desgaste.
Fernando Sánchez Mayo
atenta a cualquier resquicio de luz.
Diría que soy igual que un caballo
desbocado atrapando la existencia.
Nada me calma.
Vivir es una frenética carrera
abocada al ágil, fiero desenfreno,
cuya cruenta detención sólo la ejerce
el cotidiano, fulminante desgaste.
Fernando Sánchez Mayo
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