sábado, 15 de septiembre de 2012

LAS PRUEBAS DE LIBRE CONCURRENCIA

Hace unos días alguien planteó en el foro de preuniversitarios del portal casimedicos la pregunta de como serían las notas de corte del curso que viene para entrar en Medicina, en concreto si seguirían subiendo.

Pamen, una aspirante de este año ya matriculada, me preguntó mi opinión. Después de contestarle a ella y a otro aspirante de este curso, también matriculado, pensé en escribir una entrada en el blog sobre lo que pienso que debería de ocurrir con las pruebas de libre concurrencia, de ahí el título de la entrada.

Son pruebas de libre concurrencia aquellas a las que concurren, con un título académico determinado, aspirantes de diferentes centros de formación, y una parte de la prueba consiste en baremar el expediente académico obtenido en dicha titulación en el centro académico que lo expidió,  dicho baremo forma parte, con mayor o menor peso, del resultado final de la prueba, resultado que, ordenado de mayor a menor, permite el acceso prevalente, en función de la nota obtenida, a un segundo nivel de estudios, en un conjunto de centros de mayor ámbito geográfico que el proveniente, o a un premio o beca de carácter nacional o internacional.

Solo tomaré dos ejemplos de esas pruebas de libre concurrencia, aquellos a los que dedico parte de mi tiempo libre.

La primera prueba de ellas, la selectividad para ingreso en la universidad. En el caso que nos ocupa las notas de corte para entrar en Medicina. En ella, a los aspirantes, se les tiene en cuenta en la nota final de selectividad, en un % determinado, la nota obtenida en el centro de formación de bachillerato. Además de ello la prueba de selectividad no es común en los diferentes distritos universitarios, sino que se realiza una por distrito. Dicha nota sin embargo permite acceder a los estudios correspondientes en cada distrito sin utilizar ningún tipo de ponderación, de tal manera que se consideran como si fueran iguales todos los centros de bachillerato de procedencia de los aspirantes y todas las pruebas de selectividad de todos los distritos universitarios de procedencia de los mismos.

No existe ningún sistema de acreditación que permita certificar que las notas obtenidas en unos centros y otros de bachillerato sean equivalentes, así mismo tampoco existe para las notas obtenidas en el examen de selectividad realizado en cada distrito universitario.

La segunda prueba de concurrencia se trata de las pruebas de formación sanitaria especializada, en concreto la prueba MIR, de cuyo resultado final forma parte el baremo académico del centro correspondiente de formación médica en el que obtuvo el título, en un peso que fue del 25% y actualmente es del 10%

Eso es así, independientemente de la facultad de Medicina que expida el título, sea una de las existentes en España, cualquiera de ellas, o sea extranjera, y el resto del resultado final de la prueba está formado por la nota obtenida en un ejercicio de tipo test de respuestas múltiples, antes 250 preguntas más 10 de reserva y ahora 225 más 10 de reserva. 

Por extraño que parezca, existiendo los datos oficiales de todas y cada una de las pruebas mencionadas y, de las notas del expediente académico que da acceso a las mismas, no existen, que yo sepa, estudios oficiales o sistemas de acreditación homologados, que permitan saber la fiabilidad de todas y cada una de las pruebas, su grado de dificultad y de discriminación en la distribución de los resultados en las mismas. Todo ello fundamental para poder justificar la igualdad de oportunidades de los aspirantes en el acceso, independientemente de su procedencia.

Tal vez sea porque ambas pruebas son públicas y oficiales, y desde las diferentes administraciones públicas que las gestionan, se piense que la calidad y objetividad de lo público se sobreentiende, como el valor en el ejército. 

Volvamos a la contestación dada a mis interlocutores:

"...


Fijaos en las pendientes desde la máxima nota de corte a la mínima y sus diferencias por cursos, ¿qué quiere decir esa diferencia?

El conjunto de subsistemas que son cada distrito, en el mal llamado distrito único, en el caso de las notas de corte para entrar en Medicina, funciona cada año que pasa acercándose más, a COMO SÍ fuera un solo sitema de vasos comunicantes y subieran más las mínimas en proporción que las máximas, es decir que tienden a igualarse las notas de unos subsistemas con otros por el efecto de la multiinscripción en diferentes distritos para obtener una plaza en el de mayor preferencia. 

Eso sí con ninguna de las ventajas de un sistema único y preferente, y con todos los inconvenientes de participar en catorce distritos distintos, cada uno con su solicitud, su base de datos y su subsistema de purga y casación de oferta y demanda. Ese funcionamiento nos indica que cada vez los últimos cortes tirarán más hacia arriba, más cuanto más bajas hayan sido las notas de corte en cursos anteriores, tendiendo a igualar, aunque no lo consigan, a los más altos.

Si eso fuera porque los estadísticos de las distribuciones de los demandantes de cada distrito universitario fueran semejantes no pasaría nada, que no fueran los inconvenientes del sistema de purga y casación, que ya es mucho. Simplemente la distribución de los matriculados, su mezcolanza entre distritos, sería fruto de la libertad de elección, demanda, de unos y otros.

¿Pero qué pasaría si las distribuciones de notas de procedencia de unos distritos y otros, medidas en sus estadísticos, no fueran semejantes?, pues sencillamente, si esas diferencias persistían a lo largo de los años, la distribución de los matriculados en el conjunto de distritos, sería preponderante de los distritos con mayores estadísticos de notas en su distribución.

¿Tiene lógica por la ley de los grandes números que haya diferencias acusadas entre los estadísticos de la distribución de unos distritos respecto de otros?, evidentemente no, no por la ley de los grandes números. Otra cosa sería entre la demanda de unos estudios u otros, cuestión que también se debería de estudiar, la distribución de notas por demanda, y si esa demanda es semejante por distritos o no.

Para poder realizar un análisis y proponer decisiones en función de los resultados, no solo es necesaria la evidencia, y mucho menos la sospecha, son necesarios los datos, los datos de la distribución de notas de cada distrito, además de la oferta del distrito y de la demanda del distrito.

No es necesario perturbar la autonomía de cada distrito, para corregir las posibles diferencias de los estadísticos por distritos, ya que es posible ponderar las notas de cada demandante en función de la media de cada distrito y de la media nacional, pero para eso hace falta un órgano, llámese Observatorio de Notas de Corte o como se llame, que una vez sabidas y comunicadas las notas de selectividad de cada distrito, pueda calcular su media y la media nacional.

Ello permitiría establecer un sistema de ponderación de la nota de cada demandante respecto del resto, y corregir las posibles diferencias de los estadísticos de unos distritos respecto de otros, de tal manera que el concurso de cada demandante en todos los distritos sea lo más equitativo posible, es decir, prime simplemente su nota ponderada y su libertad de elección.

Pero mientras los datos no se analicen, solo puede haber sospechas, y así solo habrá discursos, discusiones y acusaciones de si las notas son más altas en un sitio que en otro por esto o lo otro, es decir, un debate no solo estéril sino contraproducente.

Por eso la condena va para aquellos que no proporcionan los datos para poder hacer los estudios pertinentes, no solo de bachiller y selectividad por distrito. Para muestra un botón de lo que nos ha costado este año averiguar extraoficialmente la oferta de plazas de Medicina.

El Ministerio de Educación anunció de forma global 6.931 plazas, pero la cifra global obtenida con la información recogida por todos de aquí y de allá es superior a la misma, y ni siquiera estamos seguros, especialmente de la oferta privada.

El propio presidente de los Decanos se quejaba en DM que le había resultado imposible terminar de recoger toda la información de sus propios representados.

Por supuesto, y para terminar, no solo pasa esto en el tema de la demanda y de las notas de corte de entrada en Medicina, pasa también en el MIR. Nunca en su historia se ha podido estudiar su resultado por facultades, y esos datos los tiene el Ministerio de Sanidad, ellos lo saben y callan. 

Quiero suponer que ellos si lo hacen, al igual que la fiabilidad del ejercicio de cada año, su grado de dificultad y su grado de discriminación, todo ello a priori y a posteriori, más que nada para que las pruebas tengan dirección y sentido, pero no lo publican, ni los datos, para que esos estudios los puedan hacer otros.

Los datos están pero no se ponen encima de la mesa para su estudio y análisis, tal vez sea, como decía antes, que en la administración pública la objetividad se supone..."

Nota.- El sentido y fondo de la redacción es tal cual, pero se han editado algunos aspectos de la redacción del texto original para tratar de conseguir una mejor comprensión del asunto.

Adenda.- Las pruebas de libre concurrencia son aquellas en las que se valora en el resultado final una parte del mismo mediante la baremación del expediente académico obtenido en el centro de procedencia.

La opinión que se manifiesta en esta entrada, es que aún partiendo del principio de autonomía educativa de cada centro, de cada distrito y de cada universidad, incluso de la equivalencia de los planes de estudio, sería conveniente la implantación un sistema de ponderación de la nota personal de acceso a las mismas, según la media del centro de procedencia, de la media del distrito según sea el caso, y de la media nacional.

Además, el resultado de los ejercicios de examen, requieren de un análisis público posterior a su realización, que permita reconocer y calificar, su objetividad, es decir, su fiabilidad, y así mismo los grados de dificultad y discriminación en el resultado de la distribución de las notas del ejercicio realizado por los partícipes en el mismo.

Entre otras cosas, para eso está la CRUE (Conferencia de Rectores de Universidades Españolas),  la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación) y el Ministerio de Educación, de tal manera que las pruebas de libre concurrencia entre distritos universitarios, tanto para su acceso a los mismos como aquellas que se realizan a su salida, no solo sean objetivas, sino que se sepa públicamente que lo son, con estudios publicados sobre su grado de fiabilidad, dificultad y discriminación.

A ello se tiende a nivel internacional para permitir primero, y fomentar después, el intercambio de formación y de conocimiento científico. El modelo actual en España en las dos pruebas mencionadas hace aguas en ese sentido y entiendo, como observador, que es necesario rectificar. 

Pudo servir en una etapa en la que los intercambios entre distritos propios e internacionales eran escasos, y el acceso se medía dentro del propio distrito, pero hoy no es así, ya hace unos años que no es así.

En el caso de las pruebas de formación sanitaria, que gestionan el Ministerio de Sanidad y el Ministerio de Educación, no ha sido habitual publicar los análisis de los resultados de las mismas, ni en función de las diferentes procedencias de la formación académica, necesaria para el acceso, fueran nacionales o internacionales, ni tampoco en función de las pruebas en sí mísmas. No digo que no se hagan internamente, pero no se publican los resultados de forma habitual.

Mucho menos aún se ha establecido un sistema de ponderación, de los baremos académicos de los aspirantes, según procedencia de centros de estudios, sea nacionales o internacionales.

Simplemente existe un sistema personal y único de baremación, sin poderación posterior por nota media de centro de procedencia y nota media nacional. La baremación se realiza, en función del plan educativo de procedencia, fuera el mismo sin créditos o con créditos, haciendo primero una equivalencia de valor de las asignaturas, los aprobados se valoran como 1, notables como 2, sobresalientes como 3 y matrículas de honor como 4 y posteriormente, mediante una fórmula esos valores en base cuatro se ponderan con los créditos si los hubiere y si no tal cual (ANEXO V. A de la convocatoria)

Los aspirantes extranjeros han de homologar primero, o reconocer si son del espacio europeo, su título en el Ministerio de Educación, un procedimiento meramente administrativo y que no requiere de forma general un examen previo de conocimientos mínimos, solo en algún caso se han de examinar de alguna asignatura o parte de la misma.

Posteriormente, cuando solicitan su inscripción en las pruebas, ante el Ministerio de Sanidad que es quien las gestiona, han de presentar, al igual que los españoles, además del título homologado, el certificado del expediente académico del centro de procedencia.

Las notas de ese certificado académico, por asignaturas, se hacen equivalentes a las españolas como aprobado, notable, sobresaliente o matrícula de honor, pues bien, esa proceso de equivalencia resulta desconocido públicamente, al menos no he sido capaz de encontrarlo, no sabemos si se hace por país, por centro académico, por país y centro académico, etc.

Una vez realizada la equivalencia, el Ministerio de Sanidad utiliza la misma fórmula para baremar. La he explicado más arriba y viene en un anexo de la convocatoria. El proceso de equivalencia, como aprobado, notable, sobresaliente y matrícula de honor, de cada una de las asignaturas, no todas entran, de los expedientes académicos de todos los partícipes en las pruebas, se realiza manualmente, a partir de ahí se procesa mediante la fórmula, y su resultado con cuatro decimales truncados, es el baremo que cuenta.

El año pasado los inscritos, solo en las pruebas MIR fueron más de 13.000 y más de 30.000 en el conjunto de las pruebas de formación sanitaria especializada. El tema tiene su enjundia porque en los últimos años los inscritos extranjeros en las pruebas MIR han llegado aproximadamente al 45% del total.

2 comentarios:

  1. Y las notas de tesis, no te parece injusto que se equiparen las actuales a las de planes antiguos?
    Ahora solo hay no apto, apto y sb cum laude. Ya no existe el suficiente, notable ni sobresaliente. Por que lo siguen baremando asi?

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  2. Lo que desapareció, hace tiempo, fue la valoración de la suficiencia investigadora, pero la tesis sigue valorándose por su calificación:

    Aprobado 0,25
    Notable 0,50
    Sobresaliente 0,75
    Cum Laude 1,00

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