Tendría que acostumbrarme a la costumbre,
aquella que obliga y se disfraza de reposo.
Tendría que enmudecer mis ideas.
Tendría que declarar desierta mi voluntad,
tendría que bajar los brazos, atar sus manos.
Tendría que retroceder hasta mis otros pasos.
Pero mi voluntad y mi palabra son una,
no transo ni vendo respuestas falsas,
no entrego lo que es fiel a mí.
No renuncio a siglos de buenas intenciones.
No renuncio a ser.
Amanda
No se debe renunciar a lo que uno es, tampoco creo que se pueda....
ResponderEliminarUn día, con calma, me voy a sentar a hacerme un librito con todas tus elecciones.
ResponderEliminarPrecioso poema. Increíble sensibilidad, la tuya.
Estás en tu casa Jomeini, y para que negarlo, me gusta que te guste, se me notan los colores XD
ResponderEliminarJuana, aprendo de ti siempre, gracias por tu presencia y por tus comentarios.
ResponderEliminarInteresante y sustancial. No soy demasiado capz de apreciar la poesía en sí, pero me gustó la construcción además y tal vez por el valor del sentimiento de vida que encierra el poema.
ResponderEliminarUn saludo.
Saludos Carlos.
ResponderEliminar