Volé en tu recuerdo
en una hora de sosiego,
me escapé hasta tu espacio
me refugié en tu cielo.
Te busqué entre las dunas
doradas de este puerto,
te busqué entre la bruma
casi muerto del silencio.
Te soñé como a gaviota
que libremente remontó vuelo,
te soñé como a un albatros
que despliega sus alas al cielo.
Estuve en ti, como la tierra,
acunando en paz el océano,
y en ese estar tan sublime
me entregué a ti sin miedos.
Estuve en ti y entre tus alas
me refugié con mis silencios
y descubrí en ese instante
que eras libre como el viento.
Volé hacia ti, escapando de mis miedos.
Soñé contigo, con tu espacio y tu cielo
me crecieron alas y me mataste al vuelo.
Teresa Aburto Uribe
en una hora de sosiego,
me escapé hasta tu espacio
me refugié en tu cielo.
Te busqué entre las dunas
doradas de este puerto,
te busqué entre la bruma
casi muerto del silencio.
Te soñé como a gaviota
que libremente remontó vuelo,
te soñé como a un albatros
que despliega sus alas al cielo.
Estuve en ti, como la tierra,
acunando en paz el océano,
y en ese estar tan sublime
me entregué a ti sin miedos.
Estuve en ti y entre tus alas
me refugié con mis silencios
y descubrí en ese instante
que eras libre como el viento.
Volé hacia ti, escapando de mis miedos.
Soñé contigo, con tu espacio y tu cielo
me crecieron alas y me mataste al vuelo.
Teresa Aburto Uribe
Bonito poema.
ResponderEliminarMe ha recordado a una cosa que aprendí respecto a la familia, que parece contradictorio:
"cuanta más pertenencia, más libertad"
Ese es un ideal a conseguir, confiar sin poseer.
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